El yacimiento de Cerro Borreguero se localiza al noroeste del municipio de Zalamea de la Serena (Badajoz). Es una elevación artificial sobre un afloramiento de cuarcitas situada a menos de 100 m de la margen derecha del río Ortigas que desemboca en el Guadiana a unos 30 km al norte. Aunque en origen se trataba de un asentamiento en llano, el abandono paulatino y la reforma de los diferentes edificios de época protohistórica han provocado que en la actualidad se conforme como un montículo artificial de tendencia ovalada y orientación este-oeste que despunta en un paisaje de dehesa.
El yacimiento ha sufrido profundas alteraciones, tanto por las labores agrícolas del último siglo como, sobre todo, por la existencia de una construcción romana cuyos cimientos han destruido buena parte de las fases más antiguas. Se ha podido documentar una secuencia completa de ocupación que arranca en el Bronce Final y se prolonga hasta época imperial romana, si bien hay un largo hiato entre los siglos VI a.C: y I d.C.
El yacimiento tiene tres fases de ocupación: La Fase I, perteneciente a la construcción romana; la Fase II, a la I Edad del Hierro, que cuenta a su vez con dos subfases constructivas; y la fase III, del Bronce Final. De esta última fase es la cabaña oval que se ha podido datar en el siglo IX a.C., y donde destaca el hallazgo de un cuenco pintado característico de esta época en otras zonas de la vertiente atlántica peninsular. ✱ La Fase I comenzaría en época republicana y pervivió hasta época imperial a tenor de las cerámicas de paredes finas que aparecen en los niveles superficiales. ✱ Fase II: Hierro I (siglos VIII - VI a.C.) La ocupación protohistórica de Cerro Borreguero está claramente diferenciada en dos subfases. La primera, la fase IIa, se corresponde con el último momento de ocupación del enclave en la I Edad del Hierro hacia principios del siglo VI a.C., momento en el que también se fecha la amortización de todas sus estancias mediante el relleno con piedras de granito irregulares y sin trabar para, posteriormente, sellar todo el espacio con una gran capa de arcilla roja que confiere a la elevación su apariencia tumular. Esta práctica no es exclusiva del yacimiento de Cerro Borreguero, pues una capa de arcilla roja sellaba también el túmulo que ocultaba la construcción de Cancho Roano. Al igual que el edificio de cronología romana, la planta conservada en esta fase IIb también tiene forma de "L" invertida. Sin embargo, no se puede descartar la posibilidad de que en origen, el edificio de la fase IIa tuviera una planta similar a la que poseen edificios más modernos como Cancho Roano "A" o La Mata, es decir, de tendencia cuadrangular. ✱ La fase III se corresponde con la primera ocupación del enclave. Está caracterizada por la presencia de una estructura ovalada de grandes dimensiones ubicada en la parte más elevada del paisaje. La cabaña, con una orientación oeste-este, conserva casi todo su trazado oriental, coincidente con la franja blanca descrita en la fase IIa. El resto de los cimientos de la cabaña están ocultos bajo las potentes terrazas de época romana. La cabaña apoya sobre la roca natural y conserva la totalidad del alzado de sus cimientos, que alcanzan los 60 cm de altura. La cabaña parece que fue amortizada a finales del siglo VIII a.C. para construir sobre ella el edificio de planta cuadrangular de época protohistórica. Su amortización se hizo respetando su trazado original y la totalidad de sus cimientos de piedra. Al igual que el resto de las estancias que conforman el edificio protohistórico, el interior de la construcción oval fue amortizado con cantos de río de gran tamaño dispuestos en seco. Así mismo, la cabaña disponía de un hogar circular en su lado oriental que no fue destruido, sino que sobre su estructura se levantaron los hogares de las fases protohistóricas. La cabaña oval ha sido fechada en el siglo IX a.C. y su abandono y amortización a finales del siglo VIII a.C. La existencia de esta cabaña, así como la presencia de esquinas redondeadas en otros puntos del enclave, hace albergar la posibilidad de que existiera un pequeño poblado de cabañas bajo las construcciones romanas y protohistóricas.
El abandono del último edificio tartésico en torno a los primeros años del siglo VI a.C: coincide con el momento de construcción del primer edificio de Cancho Roano, lo que induce a pensar que Cerro Borreguero sería el antecedente directo del santuario, construido a tan solo 2,5 km aguas arriba del río Ortiga. |