En el yacimiento se aprecian las magníficas dimensiones de una edificación romana, con un ala de 90 m de longitud, que probablemente alcanzaba hasta 120 m. También se observa el tamaño, la distribución y forma de las estancias. Aún no se conoce con certeza la funcionalidad de las estructuras exhumadas; podrían tener un carácter militar y tratarse de barracones de tropa o bien tratarse de un edificio de carácter público, quizá de forma rectangular y porticada en torno a una plaza o foro. En este caso, las estancias excavadas serían tal vez tiendas comerciales (tabernae) que ocupaban el ala este del edificio, sin que se conozca a qué otras funciones se destinarían las dependencias de las alas aún no excavadas, si es que se conserva en la actualidad algún resto de ellas.
El edificio termal del sector de la Cueva cuenta con al menos cuatro estancias calefactadas mediante el típico sistema de suelo con Hypocaustum. En este caso, las pilae (pilas de ladrillo sobre las que reposa el suelo) están conformadas por ladrillos redondos. Llama poderosamente la atención la gran cantidad de fragmentos de pintura mural policromada, destacando en número dentro de la misma sala donde están los ladrillos del Hypocaustum. Curiosamente en este mismo sector, aparecieron restos de mosaico de bella factura. Los fragmentos de pintura, se realizaron principalmente con la técnica del fresco, retocándose algunas a témpera. A tenor de las decenas de fragmentos encontrados y de su disposición y distribución, se cree que el esquema de la pared estaba realizado en fondo blanco y distribuido en paneles separados por bandas de color negro y rojo principalmente. Se han reconocido estrechas hojas y tallos de color verde, incluso un fragmento que parece coronar con una sombrilla vegetal de bella factura. Se cree que el edificio puede pertenecer a una construcción de finales del siglo II d.C. o principios del siglo III d.C.
Respecto a la época del yacimiento, tanto las monedas como la cerámica sigillata nos sitúan en los siglos II y III d.C. (época de los Antoninos y los Severos). El lugar parece idóneo para el emplazamiento de una villa de gran extensión o incluso de una pequeña agrupación urbana. Finalmente, las dimensiones y la alineación de las estructuras o muros, adivinadas más que comprobadas, sugieren que nos imaginemos allí, más que una villa, un pequeño núcleo urbano. |