El yacimiento arqueológico de La Caridad se localiza en la margen izquierda del río Jiloca, en el término municipal de Caminreal (Teruel). Se trata, sin ningún género de dudas, de un asentamiento de grandes dimensiones, posiblemente una ciudad de nueva planta fundada a fines del siglo II a.C. El yacimiento ocupa una plataforma ligeramente elevada sobre el cauce del río Jiloca, con una extensión total de 12,5 Ha. Fue destruido poco después, en el primer tercio del siglo I a.C. Sus habitantes la abandonaron en los años 70 del siglo I a.C. La destrucción de la ciudad se produjo a raíz de los enfrentamientos entre Sertorio y Pompeyo en el primer tercio del siglo I a.C. La urbe fue completamente destrozada por las guerras, lo que ha facilitado la presencia de abundante material entre sus ruinas. A través de las monedas encontradas se ha planteado que podría ser Osicerda, pero también podría ser Orosis.
En este asentamiento se construyeron una serie de viviendas que responden a modelos puramente helenísticos, muy desarrollados, organizadas en torno a varias calles provistas de aceras (margines), calzadas (ager) y canales de evacuación de aguas, determinando un urbanismo reticular con un desarrollo considerable, que hay que relacionar con el fenómeno romanizador y su penetración hacia el interior peninsular. Aunque la ciudad responde a modelos urbanísticos romanos, la mayor parte de los pobladores eran indígenas, celtíberos.
El yacimiento se estructura mediante una planta trapezoidal, con un eje máximo de 620 m. y una anchura media de 200 m. Cuenta con un trazado urbano que parece responder a modelos de tipo ortogonal, con calles perpendiculares que delimitan insulas rectangulares. Se han localizado cuatro calles, un edificio porticado, y una ínsula, ocupada por tres unidades constructivas.
Entre estas edificaciones destaca la "Casa de Likine", que responde a modelos helenísticos, Es una de las más interesantes de las conocidas en esta ciudad, ocupando una superficie de 915 metros cuadrados. La vivienda es de planta cuadrada y se estructura en torno a un gran patio central, con 8 columnas ("peristilo"), posiblemente ajardinado. A través de este patio se accede a las 21 estancias de la casa: dormitorios (cubicula), comedores (triclinia), salón principal (oecus), cocina, estancias donde se encontraban los talleres y dependencias artesanales, y almacenes.
Las estancias principales se encuentran pavimentadas con mosaicos, de tipo opus signinum, hechos a base de mortero de cal y piedras, con una última capa formada por fragmentos de cerámica sobre la que se incrustan piedras cúbicas blancas (teselas), que forman los motivos decorativos. En el salón, sobre un mosaico con una decoración compleja, se encuentra la inscripción en lengua y alfabeto ibérico que da nombre a la casa: likinete ekiar usekerteku, que podría traducirse por "Likine, de la ciudad de Usecerde, la hizo", considerando a Likine como el propietario de la casa. Los restos constructivos están prácticamente arrasados como consecuencia de los intensos trabajos agrícolas.
El estudio del yacimiento arqueológico de La Caridad fue iniciado en 1.984. A partir de aquí se procedió a la realización de excavaciones en diversos puntos del yacimiento, con el fin de conocer la estructura urbana del asentamiento y las características de los diferentes tipos de viviendas y otras unidades constructivas. Se llevó a cabo además el estudio de los restos constructivos y del conjunto de bienes muebles localizados en el curso de las excavaciones, así como la protección, consolidación y restauración de los restos arqueológicos exhumados, permitiendo su visita y comprensión por parte del público no especializado.
Hasta el momento no se han encontrado edificios públicos a excepción de los meramente defensivos de toda la ciudad, conformando dicha defensa mediante un foso y una empalizada de madera, con algún tramo de muralla de piedra. Para acceder a la ciudad existirían puentes que atravesarían el foso, tal y como se ha encontrado en el lado O del yacimiento.
Muchos son los elementos específicos que destacan dentro de este yacimiento. Para comenzar podríamos tratar el tema del urbanismo, ya que la ciudad se creó bajo iniciativa romana en un lugar que permitió, por su horizontalidad, desarrollarse mediante un trazado regular, organizado en torno a calles de trazado perpendicular que delimitan manzanas de planta rectangular. Las manzanas estaban ocupadas por casas de dimensiones variables. Otro de los elementos destacados es el extraordinario conjunto de armas y equipamiento militar, de diversa adscripción cultural, que se ha recuperado en el transcurso de las excavaciones arqueológicas. Entre todos los elementos aparecidos destaca la catapulta de torsión de "tipo escorpión", por su excepcionalidad, teniendo en cuenta los escasos ejemplares existentes y su buen estado de conservación.
En las proximidades de este yacimiento existen otras dos ciudades de cronología romana posteriores en el tiempo al de La Caridad, por lo que han sido considerados herederos del mismo. En el Cerro de San Esteban de El Poyo del Cid, existe una ciudad amurallada, considerada por algunos la Leonica de las fuentes clásicas, de unas 12 Ha, que se sitúa en el cambio de la era, para posteriormente pasar la población de nuevo al valle del Jiloca en el asentamiento de La Loma de Fuentes Claras. |