LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

YACIMIENTO ROMANO FINCA DEL SECRETARIO

El Yacimiento Arqueológico Romano Finca El Secretario se localiza en la localidad malagueña de Fuengirola. Las excavaciones desarrolladas desde 1991 ha puesto al descubierto un edificio termal de pequeñas dimensiones (aproximadamente 540 m²), cuyo excelente estado de conservación lo convierten en el más completo de los hallados en la provincia de Málaga hasta el momento. Se trata de un baño privado (balnea) ligado a una villa cuyos vestigios, aún por excavar, se han podido detectar al otro lado de la variante, a menos de 30 metros de distancia. Desconocemos si ambos edificios, villa y baños, formaban parte de una misma unidad arquitectónica, dado que las obras de la carretera, han destruido toda prueba arqueológica. A pesar de ello es muy probable, dada la diferencia de altura a la que se encuentran y la aparición del tramo de escalera localizado en 1987, que se tratara de construcciones independientes aunque comunicadas con una escalinata.

El edificio se sitúa en la zona baja del yacimiento, aprovechando el declive del terreno para facilitar la entrada natural del agua y favorecer la construcción de sus estancias, con una disposición escalonada casi imperceptible. El acceso a los baños debió de ubicarse en la zona nordeste del edificio, la peor conocida al hallarse parcialmente bajo la carretera. Desde una plataforma empedrada se ingresaba a un pequeño vestíbulo ricamente decorado con pintura en las paredes y suelo de mosaico polícromo con motivos geométricos. A continuación un patio porticado, a modo de distribuidor, dirigía a los bañistas hacia las diversas estancias del edificio. Sus paredes estaban embellecidas con zócalos de mármol y, tanto el deambulatorio (pasillo perimetral) como el espacio central presentaban suelo de mosaico polícromo con motivos geométricos.

En el lado norte del patio, y delimitado por dos pequeñas fontanas (en forma de exedra) decoradas con mosaicos parietales enmarcados con conchas marinas, se abre el apodyterium (vestuario). A ella se llega ascendiendo un peldaño recubierto de mármol. Tiene un suelo de mosaico geométrico polícromo y un banco de mampostería adosado a la pared. En el lado sur se ubica la letrina y una pequeña piscina de agua fría. A ambas se desciende por medio de escalones o gradas que salvan el desnivel existente con el patio. La letrina disponía de un banco corrido, en dos de sus lados, realizado en ladrillo, bajo el cual una corriente de agua arrastraba las heces hacia el alcantarillado general.

En el este se encuentra otra piscina, también de agua fría, recubierta con placas de mármol. Al oeste del patio se halla el área calefactada que se compone de cuatro estancias:
✱ La primera de ellas es el tepidarium (sala tibia). Presenta uno de sus lados absidado y ha perdido el suelo, permitiéndonos contemplar el hipocausto. Probablemente esta estancia pudo servir de apodyterium en invierno.
✱ La segunda, localizada al sur de la anterior, es una habitación cuadrangular en la que se inscribe una piscina circular. Dado que no se ha detectado sistema de calefacción alguno podría tratarse del frigidarium (sala fría) .
✱ La tercera es una habitación rectangular, con suelo de mármol. Podría tratarse de un nuevo tepidarium o bien, por su proximidad al horno, un sudatorium (baños de vapor o sudor). En esta estancia podemos apreciar los restos de los falsos tabiques por los que circulaba el aire caliente.
✱ La cuarta, y última, es el caldarium (sala caliente). Dispone de dos alveus (piscinas): una de ellas rectangular, recubierta de placas de mármol, y la otra con forma de exedra.

Al norte del área calefactada se encuentra un espacio abierto, posiblemente ajardinado, y con un marcado desnivel. Está comunicado con el patio porticado y el área de servicio. En su lado más septentrional existen indicios (restos de un banco, suelos y pintura parietal) que nos indican que pudo estar parcialmente cubierto. Todo ello sugiere un área de descanso o recreo.

El área de servicio se sitúa al oeste y al sur del edificio. Se compone de dos hornos y sus correspondientes dependencias auxiliares.

Más al norte, y en una zona elevada, se ubica el depósito de agua, castellum aquae. Se trata de un pequeño edificio compuesto de seis piletas, de tamaño decreciente de oeste a este, y originariamente cerrado. A este depósito sería conducida el agua, desde algún manantial o arroyo, para su decantación y posteriormente canalizada hacia los baños. El recinto, además, dispone de una completa red de alcantarillado para la evacuación de las aguas.

Estos baños tuvieron su máximo apogeo entorno al siglo III d.C., en época bajo imperial. En años sucesivos fueron sometidos a distintas reformas que afectaron fundamentalmente a la funcionalidad de sus estancias. A partir del siglo IV d.C., sus instalaciones fueron reaprovechadas para un nuevo uso, relacionado con la industria pesquera hasta su definitivo abandono ya entrado el siglo V d.C.