la Draga es un yacimiento arqueológico del Neolítico inicial, de unos 7000 años de antigüedad, V milenio a.C., situado en el municipio de Bañolasy descubierto en abril de 1990. El poblado ocupa 8.000 m², de los cuales una parte han quedado sumergidos en el lago de Bañolas. En la zona seca, los trabajos arqueológicos, se iniciaron el mismo año 1990, mientras que en la parte sumergida se excavó desde el año 1994. La Draga es el único yacimiento prehistórico de ambiente lacustre de la península ibérica. Los 892 postes de las cabañas, la mayor parte de ellos de roble, que se han encontrado y los cincuenta objetos de madera, recuperados bajo el agua, lo equiparan a los poblados neolíticos de la región alpina.
Hacia el año 5.200 a.C., cuando se construyó este poblado neolítico, las aguas del lago estaban 2 metros más bajas que en la actualidad. Por eso, la zona donde había las cabañas neolíticas, cerca de la antigua orilla, ahora está inundada. El área del hábitat quedaba un poco elevada, con una pendiente suave hacia el norte y oeste, en dirección al lago. Por contra, al sur, donde corría un rio de desguace, y al este, hacia la carretera, la pendiente era más abrupta. Probablemente el acceso al poblado se hacía desde tierra firme (este) y estuviera con frecuencia inundado. Así, el hábitat neolítico quedaba dentro de una isla o península, con un acceso por un istmo muy estrecho.
En La Draga se ha podido estudiar los centenares de pilares, vigas y troncos del pavimento de madera que se han conservado debajo del nivel freático, en la parte terrestre, o en el agua del lago, en el sector subacuático. La mayoría de troncos son de roble, aunque se ha detectado la presencia de arces y laureles. Las cabañas estaban separadas unos 10 metros de la antigua orilla del lago. Ocupaban una franja litoral de unos 40 metros de fondo por una longitud de más de 100 metros. No conocemos aún su forma exacta, posiblemente se trataba de grandes edificios rectangulares, de 15 por 5 metros. Las paredes se construían con pilares de roble, cada 80 centímetros, entrelazados con ramas y barro. Las cubiertas eran de cañizo. Detrás había un espacio periférico dedicado a la conservación y tratamiento de los alimentos: graneros redondos con enlosados, fuegos en cubeta y zonas de desecho de residuos orgánicos.
Los materiales de construcción y los hogares que conocemos del segundo momento de ocupación de la Draga, entre 5.100 – 4.900 a.C., son bastante diferentes de los de la primera fase (5.300 – 5.100 a.C.). Estos últimos empleaban sobre todo la madera para construir grandes cabañas semielevadas (4 x 12 m), dentro de las cuales instalaban hogares sobre una capa gruesa de arcilla. En la segunda fase de la Draga sabemos que las construcciones de madera anteriores fueron sepultadas bajo grandes empedrados, sobre los cuales se volvió a vivir. En estos empedrados las evidencias de nuevas cabañas se reducen a algunas pequeñas áreas ovaladas (3 x 4 m) bien enlosadas, rodeadas de agujeros de poste y con algún poste central, que sostendrían una cubierta vegetal. Ahora en cambio, los hogares son muy numerosos y parece que se amortizan rápidamente, como si la vida comunitaria se desarrollara más en el exterior que en el interior de las cabañas. Se trata de hogares en cubeta, de entre de 0,80 - 1,80 m, que contienen los restos de los huesos de animales, cereales, y mejillones consumidos; vasos cerámicos y azuelas de piedra pulida; y también los carbones de la leña y las plaquetas de arenisca que se utilizaban para asar, hornear o estofar los alimentos. |