El yacimiento de la Dehesa de la Oliva se localiza al noreste de los dos núcleos de población de Patones (de Arriba y de Abajo). Se ubica en una elevación que forma parte de la serrezuela denominada "Las Calerizas". Se compone de dos amplias plataformas que tienen una marcada pendiente hacia el valle del cercano río Jarama. La superior, con una superficie de 10 hectáreas aproximadamente, albergó el núcleo urbano más antiguo, de época romana tardorrepublicana, que quizás hunde sus raíces en un asentamiento carpetano previo, mientras que la inferior, de una extensión próxima a las 20 hectáreas fue ocupada en época altomedieval, utilizando también la despoblada plataforma superior como necrópolis.
El paraje estuvo protegido por una muralla de la que únicamente perviven en la actualidad algunos tramos. Las diferencias constructivas observadas en ellos sugieren que podría tratarse de obras de diferente cronología. La muralla que engloba la plataforma superior sería romana, mientras que la inferior quizás se erigió o modificó en época Altomedieval.
En la plataforma superior surgió durante el siglo I a.C. un núcleo urbano de tipo latino, con un diseño ortogonal de calles que se cortan en ángulo recto y definen manzanas de planta rectangular. Las viviendas, con fachadas a dos calles, forman largas manzanas que se perciben nítidamente en las fotografías aéreas. Constan por lo general de tres habitaciones y sus muros están construidos con un zócalo de piedras calizas sobre el que se asientan las paredes de tapial. La techumbre era de materia vegetal y los suelos de tierra apisonada. El lugar se abandonaría de forma pacífica en el primer tercio del siglo I d.C., permaneciendo despoblado hasta el siglo V d.C., momento en que vuelve a ocuparse el paraje, asentándose los pobladores en esta ocasión en la plataforma inferior y empleando las viejas ruinas romanas de la parte superior como área funeraria. Este enclave perdurará hasta los siglos VII – VIII d.C.
Espacio urbano doméstico: ✱ A la entrada del yacimiento encontramos restos de un edificio porticado, de construcción sencilla, formada por una sucesión de soportes con basamento en piedra, que pudieron sostener columnas de piedra o gruesas vigas de madera. Este espacio da acceso a un edificio de planta longitudinal, paralelo al escarpe, sin puertas de acceso visibles. El edificio se dividió en compartimentos mediante muros interiores transversales. El zócalo de mampostería sostuvo un recrecimiento de tapial cubierto por una techumbre de ramajes. Es una construcción muy tosca, seguramente de tradición indígena, que nos sitúa a finales del siglo II a.C. Posiblemente se tratase de un área pública o stoa con pequeños comercios y artesanías. El interior del edificio sirvió como almacén y el pórtico de lugar de intercambio. ✱ En la cima del cerro encontramos restos de viviendas de las que se han excavado los restos de zócalos de piedra. Son de época romano-republicana y los vestigios corresponden a 2 viviendas (denominadas por los arqueólogos casa 1 y casa 2), separadas por una pared medianera. Los muros estuvieron formados por un zócalo de piedra y alzado de adobe, y la vivienda estaría cubierta por una techumbre vegetal. Los suelos estarían compuestos por piedra apisonada sobre el piso de roca madre nivelado previamente. ✱ La casa 1 (111 m²) tiene 6 dependencias alrededor de un pasillo central al que se accedía desde la calle meridional. La estancia de la esquina norte estuvo destinada a cocina, en ella se conserva un horno y al lado se dispone un almacén, en una cota inferior al que se accedía por escalones tallados en roca. ✱ La casa 2, al oeste de la 1, es de mayor tamaño, de unos 175 m², se organiza alrededor de un patio central con un peristilo desde donde se accede a las 7 estancias que lo rodean. Las 3 habitaciones del norte se disponen a una cota inferior y se han interpretado como almacenes, a los que se accedía desde el patio por unos escalones. La cocina se localiza en el lateral occidental y se conserva también parte de un horno de planta circular. La vivienda presenta dos accesos, uno desde la calle meridional y otro desde la calle norte. ✱ La necrópolis se encuentra superpuesta al espacio doméstico y contiene tumbas excavadas de los primeros siglos de la tardoantigüedad (ss. V – VIII d.C.). El tipo de enterramientos son inhumaciones con tumbas de diversos tipos: en fosa simple, en cista con lajas de caliza o pizarra, con suelo, paredes y cubierta de ese material o parcialmente revestida, y en cista con muretes de mampostería forrando las paredes de la fosa. Se han excavado 33 tumbas, 8 de orientación N-S y las restantes O-E (cabeza-pies). El cadáver se envolvía en un sudario y se depositaba directamente sobre la base de la fosa o en un ataúd, cuyos clavos de ensamblaje se han documentado durante las excavaciones de las sepulturas. En ocasiones, las tumbas podían estar ocupadas por más de un individuo. Los enterramientos con ajuares funerarios y orientaciones variables serían los más antiguos, posiblemente del siglo V d.C. ✱ La muralla y los barrancos naturales que se observa en los miradores norte y sur formaron el sistema de fortificaciones. La muralla se construyó con dos líneas de grandes piedras de mampostería, y se rellenó el interior con guijarros y cascotes de piedra sin labrar. |