El yacimiento arqueológico de Cercadilla es un yacimiento arqueológico situado junto a la estación de Córdoba. Entre los restos arqueológicos que hoy pueden contemplarse se hallan un propio complejo monumental tardorromano de función desconocida, vestigios del proceso de construcción de este complejo monumental, infraestructura hidráulica compuesta por cisternas y la conexión con los acueductos, y por último, resto de época califal situados en la estación de autobuses de la ciudad.
Las enormes dimensiones del conjunto palatino con 400 metros de largo por 200 m de ancho y con 80.000 metros cuadrados de superficie constituyen la mejor prueba para ejemplificar la importancia de la ciudad cordobesa en el Imperio Romano y más concretamente durante los siglos III y IV.
Fue descubierto como se conoce actualmente en el año 1991 con motivo de las obras de soterramiento del ferrocarril y construcción de la nueva estación de Córdoba.
La villa de Cercadilla se edificó al menos en dos fases: la primera, centrada en el siglo I y la segunda, se inicia a mediados del siglo II. La villa se mantuvo hasta mediados del siglo III. Las estructuras de la primera fase indican que este espacio pudo emplearse como explotación aceitera. Las estructuras de la otra fase constructiva, apuntan claramente a su configuración como la pars urbana de una villa, algunas de cuyas estancias se decoraron con mosaicos y un opus sectile, un suelo realizado con mármoles recortados componiendo esquemas geométricos. Estas estancias se organizan en torno a un peristilo. El complejo arquitectónico construido a finales del siglo III ha sido atribuido a la época del emperador Maximiano Hercúleo durante su estancia en Hispania entre los años 296 y 297 d.C. Su residencia en Corduba en la tetrarquía entre los años 293-305 d.C. dentro de la dispersión de los centros de poder del Imperio romano, para contener las incursiones de piratería en la zona del Estrecho de Gibraltar, pudo justificar su construcción.
Erigido sobre una villa de época romana alto imperial, se convirtió en el siglo VI en época visigoda en centro de culto cristiano, en su necrópolis se localizaron los enterramientos de los obispos Lampadio y Samsón.
Se recuperaron dos fragmentos de escultura en sus inmediaciones que podrían vincularse a su ornamentación, en concreto una cabeza femenina de pequeño tamaño y un torso masculino perteneciente a un Dionisos.
En uno de los mosaicos se localizó una moneda de Lucio Vero (161-169), mientras que la destrucción o abandono de la villa podría fecharse por el hallazgo de dos monedas de plata de Gordiano II (238)
Entre los restos arqueológicos que pueden contemplarse se hallan: ∗ Los restos del Complejo Palatino de Maximiano Hercúleo. Se trata de un edificio orientado a la fachada noreste de la ciudad cuya complejidad urbanística, arquitectónica y diseño, así como su cronología permiten que sea atribuido al emperador de la primera tetrarquía Maximiano. ∗ Vestigios del proceso de construcción del palacio. En el cruce del vial norte de la avenida Augusta con la calle Al-Andalus existen estructuras correspondientes al palacio que se encuentran junto al edificio de doble ábside, posible fuente o ninfeo, cuyo interés estriba en tratarse de elementos de carácter perecedero que suelen desaparecer en el propio proceso de la obra. Están compuestos por una pileta de opus vittatum mixtum cuya finalidad era contener el agua utilizada para preparar el hormigón utilizado en el levantamiento de muros y, junto a ella, una gruesa capa de argamasa constituida por los restos de construcción que caían al suelo en el proceso de levantamiento del edificio. En el túnel bajo la avenida Augusta, se conservan otras piletas y estructuras de obra que hacen identificar a esta zona como el espacio más importante del proceso de construcción del palacio. ∗ Cisterna del cuerpo de servicio del palacio. En 1992, antes de reanudar las obras de construcción de la estación y para evitar su destrucción, se decidió la extracción de los restos de este elemento arquitectónico y su traslado al lugar que hoy ocupa en los jardines del paseo de Córdoba. Se trata de una cisterna de grandes dimensiones (33 m de longitud por 3,6 m de anchura), lo que permitía una gran capacidad de almacenamiento de agua. Fue construida con >opus caementicium y revestida con mortero impermeabilizante, propio de las construcciones hidráulicas, conocido como opus signinum. En el extremo superior la estructura presenta un retranqueo cuyo objeto, probablemente, era la colocación de una cubierta de madera para cerrar y ocultar el interior de depósito. ∗ Restos del acueducto Aqua Fontis Aureae en los sótanos de la estación de autobuses de Córdoba. ∗ Restos de casas califales en el patio y sótanos de la estación de autobuses. Integrados entre el patio central del edificio y el aparcamiento subterráneo, se encuentran restos de dos casas califales separadas por un muro medianero construido con sillares dispuestos a soga y tizón típico de la época califal. De la primera, que se puede observar desde el patio central de la estación, se conserva el patio, pavimentado con losas de piedra no solo en su perímetro sino también en su parte central, rodeando el brocal del pozo y permitiendo así el acceso al mismo sin atravesar ningún espacio terrizo. De la segunda se conserva una parte mayor de su estructura situada al norte del patio: el salón, con pavimento de argamasa pintado a la almagra y en sus extremos las alcobas, de las que la del lateral oeste aún conserva el vano abierto en el tapial para acceder desde el salón. Delante de este y junto al patio existe una plataforma de sillares que posiblemente constituyera un porche porticado. En el patio se conserva parte de una pequeña fuente. |