LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

VILLA ROMANA DE L′ ÈNOVA

Villa Cornelius es una villa romana, enclavada en el término municipal de Ènova, en la comarca de la Ribera Alta, en una zona conocida como "El Alters". El hallazgo del yacimiento se debió a una casualidad, ya que se encontraron los restos de la villa cuando, en septiembre del año 2003, se iniciaron los trabajos previos a la construcción del trazado del AVE Madrid-Valencia. Cuando se arrancaron los naranjos cultivados en esta zona, con el movimiento de tierras apareció mármol y restos de cerámica en la superficie. Era el descubrimiento de un nuevo yacimiento. Se realizaron las excavaciones previas para poder sopesar la importancia del hallazgo y apareció la villa.

La tradición oral hablaba del posible origen romano de L′ Ènova, e incluso el topónimo del municipio deriva del latín Ianua, puerta, para algunos historiadores estos datos podrían indicar que el pueblo era la puerta de entrada de la Vía Augusta hacia el territorio de Saetabis. Pero otros historiadores nos sugieren que el nombre de la villa proviene del topónimo Iunianus, el propietario de la villa y de las canteras.

El asentamiento se corresponde con una villa romana perteneciente a un noble patricio, en la que se está excavando una superficie de unos 2.600 a 3000 m²: Publius Cornelius Iunianus.

La villa se construyó a finales del siglo I d.C. (concretamente entre los años 65 y 75) y finalizó su uso en el segundo cuarto del siglo V d.C. A lo largo de este período, en el que la villa se dedicó a la explotación y el procesado del lino, se llevaron a cabo diversas reformas tanto en la casa como en la zona de producción.

Debió de abandonarse lo suficiente como para que parte de la techumbre de los edificios residenciales cayeran y quedaran sobre los suelos (que contenían mosaicos), sellándolos y permitiendo su conservación hasta nuestros días.

En el yacimiento se pudieron encontrar mosaicos policromados, unas termas de uso doméstico, un templo privado en el que destaca una escultura, una inscripción sepulcral de un liberto romano, pavimentos de mármol (posiblemente de las canteras de Buixcarró, la actual Bárig), 55 monedas, restos de vidrio y cerámica, restos del vidrio original de una ventana, e incluso pueden observarse las carriladas de carro en la parte que debía constituir la Vía de unión entre la actual Játiva (Saetabis) y Denia (Dianium), la cual pasaba por delante de la cantera considerada por algunos estudiosos como una de las más importantes de la Península Ibérica durante la romanización, situada a unos 500 metros de la villa, que también quedó al descubierto al hallar el yacimiento de Villa Cornelius.

Los restos de muros que están al descubierto nos desvelan cómo era la construcción con una zona de vivienda, la pars urbana y una zona de trabajo, la pars rústica. La parte artesanal de la villa estaba dedicada al procesamiento del lino.

La villa constaba de un patio cuatripórtico. Los recubrimientos de mármol de las estancias, la abundante cerámica de Italia terra sigillata, el suelo de ladrillo romboidal, las termas, el templo y otros elementos arquitectónicos revelan la gran riqueza de la familia que habitó la villa.

Por su parte el yacimiento se encuentra enterrado de nuevo, de manera que pese a que las vías del tren pasan por unos puentes, en lugar de reposar sobre las ruinas de la villa romana, para salvaguardarlas y permitir su acceso y visita, el yacimiento está sepultado.