La villa romana La Dehesa está situada en la localidad de Las Cuevas de Soria, en la comunidad de Castilla y León, fue descubierta y excavada en 1928 por Blas Taracena y José Tudela. Por aquella época se trataba de una de las primeras villas romanas excavadas en la Península.
El yacimiento data de principios del siglo IV (320-330 d.C.) y se trata de una amplia mansión de casi cuatro mil metros cuadrados de superficie. La estructura del edificio es sencilla. Presenta una planta rectangular organizada en torno a un amplio espacio central ajardinado, con numerosas estancias a su alrededor magníficamente decoradas con materiales de gran calidad. Las excavaciones realizadas hasta el momento han descubierto más de treinta habitaciones de distintos tamaños y estructuras. Existen varias de ellas con cabecera semicircular, cuyo uso aún no se conoce con exactitud.
La entrada principal a la mansión estaría ubicada, junto a las dependencias termales, en el lado sur del edificio, aunque no se ha podido documentar con exactitud.
Dos grandes salas centraban los ejes del edificio y debieron ser las únicas estancias de la villa que no dispusieron de una segunda planta.
El aula magna de la crujía norte cuenta con casi doscientos metros cuadrados de superficie. Su entrada tuvo un portón central de doble hoja y dos pequeñas puertas a los lados, al igual que la otra gran habitación del lado oriental. Además, hay varias habitaciones estrechas que se cree que servirían para acceder indirectamente a los espacios contiguos de mayores dimensiones, evitando su comunicación directa con el frío del jardín exterior.
El conjunto termal se encuentra en la zona suroriental de la villa, donde se pueden identificar una serie de habitaciones termales (frigidarium, tepidarium, caldarium) con hornos exteriores para su calentamiento. Asimismo, existe una bañera larga y estrecha, decorada interiormente con mosaico teselado. Junto a las termas se conservan una serie de estructuras de sólida construcción y rígida simetría cuya interpretación resulta difícil. Estas estructuras están comunicadas entre sí.
La mayoría de las habitaciones de la villa presentan sus suelos magníficamente pavimentados con mosaicos teselados con diferentes motivos geométricos, nudo de Salomón, de media luna, etc. Todos estos mosaicos están realizados con piezas de diversos colores, mostrando la suntuosidad con la que se construyó el edificio.
En las villas romanas no es frecuente conocer el nombre del propietario. Sin embargo, en la villa La Dehesa aparece un monograma que se repite sistemáticamente en sus mosaicos. Desde su descubrimiento se conocían estos monogramas, aunque no habían podido ser descifrados hasta que, nuevos descubrimientos y estudios epigráficos, han permitido conocer que la villa pertenecía a los "Irrico" o "Irricos", dado que se han hallado varias inscripciones en las proximidades de la villa donde figuran personajes con este nombre. En sus últimos estudios, Fernández Galiano ha llegado a la conclusión de que el monograma estaba compuesto originalmente por dos elementos asociados: un bidens (instrumento agrícola) y las letras IRRICO, nombre gentilicio de origen celtibérico de la familia de más relieve en la zona, que mantuvieron el orgullo de ser celtíberos a pesar de su plena romanización. |