LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

VILLA ROMANA DE LOS CASTILLONES

El yacimiento romano de la Villa de los Castillones, también llamado del Cerro de los Castillones, se sitúa a unos 3 kilómetros al sur del núcleo urbano de Campillos, sobre un pequeño montículo amesetado de unos 15 metros de altitud, rodeado por un gran llano sobre cuya ladera sur discurre el arroyo del Chumbo, con un caudal que hoy en día no es relevante, pero que en otros tiempos constituiría sin duda una circunstancia determinante para la elección del lugar como asentamiento.

Su ocupación ha sido establecida entre el último cuarto del siglo I a.C. (época augustea), continuando ininterrumpidamente hasta el siglo II d.C., llegando a superponerse en ocasiones las estructuras arquitectónicas, o construyendo nuevas edificaciones.

Las excavaciones se iniciaron en 1977 hasta 1983. Prácticamente todo lo exhumado pertenece a una villa de época altoimperial. La parte mejor conservada es la occidental, representada por un edificio rectangular, que dado el tamaño de sus habitaciones, y material arqueológico encontrado nos sugiere que nos encontramos en el sector de vivienda del edificio. La villa ha sido datada como de la época de Nerón a Trajano-Adriano.

En la actualidad son visibles diversas estructuras murarias. La más importante sería una zona de viviendas con planta rectangular de casi 25 metros de largo con un pasillo central de 1,70 metros de ancho que divide el espacio en dos alineaciones de habitaciones prácticamente iguales. Las situadas al sur, bien conservadas, disponen de pavimento de opus signinum y puertas abiertas hacia el corredor. Las ubicadas al norte presentan un peor grado de conservación, coincidiendo prácticamente en sus medidas con las anteriores, y encontrándose las puertas igualmente orientadas hacia el corredor, pero no enfrentadas. Los materiales utilizados fueron piedras irregulares, ladrillos e incluso sillares en las jambas de las puertas, con los frentes bien careados y muros de una anchura media de unos 70 cm. Estos se asentaban a su vez sobre otros de algo más de 1 metro de ancho, levantados con piedras irregulares unidas con barro y con las superficies no careadas, pudiéndose datar desde los comienzos de la época de Augusto hasta mediados del I d.C. cuando se acomete la remodelación del conjunto arquitectónico.