La ciudad de Valencia fue fundada en el 138 a.C. por el cónsul de Hispania Décimo Junio Bruto con el nombre de Valentia Edetanorum, y sus primeros habitantes debieron ser legionarios romanos licenciados de las guerras lusitanas. Aunque parece ser que antes de los romanos otros pueblos habitaban estas tierras. Hace 2.000 años, el río Turia se desparramaba en múltiples brazos antes de verterse al Mediterráneo. Era una zona de marismas, insalubre y palúdica, que los íberos habían rechazado por ser poco higiénica. Pero los romanos, que ya tenían experiencias positivas en eso de asentarse en territorios húmedos y complicados, no se arredraron.
Valentia era una ciudad relativamente grandes, unos 1.500 habitantes vivían en ella. La disposición de Valentia era la habitual en las ciudades romanas republicanes: se articulaban en torno a dos grandes vías, llamadas decumanus maximus, que cruzaba la ciudad de este a oeste, y cardo maximus, que la cruzaba de norte a sur. La urbe quedaba dispuesta en una cuadrícula casi perfecta. El modelo dividía la ciudad en "insulas", como manzanas. El centro de la Valencia, en el siglo II a.C., estaba conformado por el foro. En él había un templo.
Una muestra de la importancia que los romanos de Valentia daban al agua son las termas. Estos complejos eran típicos en toda Roma. Las termas no son, en el siglo II a.C., el centro social que serán en la Roma imperial, pero sí cumplen la función de limpieza para las que fueron creadas.
Destruida en el 75 a.C. y refundada en el 5 a.C. La historia de la Valentia romana se paraliza en el 75 a.C. Ese año, el cónsul en Hispania, Sartorius, no acepta la llegada al poder en Roma del partido contrario, los optimate, que traen a nuevos cónsules. La rebelión de Sartorius vive una de sus primeras batallas en Valentia. El general Pompeyo, llegado de Roma, pasa a cuchillo a toda la ciudad. Mueren cientos de personas. Pompeyo quema Valentia hasta los cimientos. La refundación llegaría setenta años después, cuando entre el 5 a.C. y el 5 d.C. se refunda la ciudad. Las excavaciones recientes dejaron al descubierto una decena de cadáveres que habrían sido ejecutados en la batalla del 75 a.C. Todos los cuerpos mostraban signos de haber sido torturados, con empalamientos y mutilaciones. Junto a los cadáveres se encontraron utensilios y armas de hierro que fueron presuntamente utilizados para los asesinatos ocurridos durante la citada batalla.
La destrucción de Valentia durante las guerras civiles, tras casi un siglo de abandono, implicó una refundación de la ciudad, que se reconstruyó a través de un amplio programa urbanístico, que culminará bajo las dinastías Flavia y Antonina. La refundación supuso un aporte poblacional, en dos momentos distintos, y en cada ocasión con colonos de distinta categoría. Esto derivó en la peculiar existencia de dos grupos de ciudadanos diferenciados: Valentini veterani (soldados licenciados) y veteres (los antiguos).
El foco cívico estaba alrededor del foro, que aglutinaba las funciones judiciales (basílica), políticas (curia) y religiosas (templo). En el foro se concentraban las estatuas y pedestales honoríficos a los dioses, la familia imperial o a ciudadanos notables. Otros importantes edificios ubicados en las proximidades del foro eran el mercado, el santuario de Asklepios/ninfeo, el horreum y el collegium (casa gremial). En las proximidades de las puertas norte y sur se situaban las termas. En su lado oriental se construyó un circo, donde se celebraban carreras de carros. En la fachada urbana septentrional, junto al Turia, se extendía una amplia área portuaria fluvial. Los cementerios se han encontrado alrededor del Mercado Central y de las calles de Sagunt, Quart y de San Vicente Mártir.
El foro se encuentra debajo de la Basílica de los Desamparados y de la plaza de la Virgen. Estaba rodeada por un pórtico del que en l’Almoina se conserva parte de su lado oriental, con ocho columnas de 5,80 m de alto, coronadas por capiteles estucados de orden corintio. En su lado septentrional se ubicaría el templo. Detrás del pórtico meridional se situaba el gran edificio judicial, la basílica, en cuyo ángulo nordoriental estaría el lugar de culto al emperador, el aedes augusti, del que se conoce su gran puerta monumental. En las inmediaciones del foro, pero sin comunicación directa con el mismo, se han localizado otros edificios públicos, como el mercado (macellum) y el santuario de Asklepios abierto a una pequeña plaza.
La Curia era donde se reunía el senado de la ciudad. La de Valentia estaba en la esquina sudeste del foro. Es de planta rectangular de 7 x 8,30 m, con un potente basamento sobre el que se asientan grandes sillares perfectamente escuadrados sobre los que se levanta un muro de hormigón que iría forrado de mármol. A su alrededor se colocarían las sillas móviles de madera (sella curulis) de los magistrados. El interior está pavimentado en opus signinum (mortero y cerámica) conformando un aula de 5 x 6,50 m donde se reunía el senado de la colonia. Al norte de este edificio debió existir otro similar, del cual sólo se han conservado algunas cimentaciones. Pueden ser dos construcciones gemelas, quizás expresión arquitectónica de la singularidad jurídica de Valentia que contaba con un doble senado (veterani et veteres) |