LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

TEATRO ROMANO DE GUADIX

El Teatro Romano de Guadix se localiza a pocos metros de la Catedral de la Encarnación, del Torreón del Ferro y del Palacio de Villalegre.

La fundación de la colonia romana de Guadix anterior al 27 a.C. llevó implícito un programa constructivo de tal calibre que forzosamente debía dejar restos arqueológicos de consideración. A lo largo de las intervenciones arqueológicas realizadas en Guadix en los últimos 30 años se ha comenzado a vislumbrar elementos de la urbanística de la ciudad romana y parte de sus edificios monumentales.El último en aparecer y más imponente ha sido el teatro, durante la construcción de un aparcamiento subterráneo en la histórica Huerta de los Lao en julio de 2007. El edificio ocupaba una superficie superior a los 6.000 m², sin contar los espacios urbanizados de alrededor. Se levantó en tiempos del emperador Tiberio (hacia el 25 d.C.) y estuvo en uso durante más de dos siglos. A finales del siglo III, ya abandonado, se convirtió en cantera de donde se extrajo piedra para levantar otros edificios. Los últimos en aprovechar sus grandes sillares fueron los musulmanes que a principios del siglo XII levantaron el Torreón del Ferro y las murallas de la medina Islámica. En ese momento, una gran inundación cubrió de barro los restos que quedaban, preservándolos hasta nuestros días.

A pesar que aún queda mucho por excavar, las intervenciones que se han llevado a cabo hasta la fecha nos dan una imagen muy aproximada de cómo debió ser el theatrum de Guadix, un conjunto monumental organizado en dos terrazas o plataformas en las que se disponían las distintas estructuras: el núcleo central (scaena y orchestra) se dispone en una terraza, mientras que a una cota inferior se encuentra la zona ajardinada o porticus post scaenam. El graderío (cavea) quedaría bajo el paseo y las casas situadas al interior de la muralla.

A grandes rasgos, se trataba de un edificio de 74 metros de diámetro de perímetro exterior y una altura aproximada de 16 metros capaz de albergar a unos 4.000 espectadores. De las gradas donde se sentaban los romanos sólo han llegado hasta nosotros parte de las seis primeras; el resto, al estar construidas con bloques de piedra, fueron desmontadas y utilizadas cuando el teatro dejó de utilizarse.

El Teatro Romano de Guadix es un claro ejemplo de la capacidad constructiva romana, capaz de afrontar con éxito los mayores retos. Cuando excavaron la ladera para instalar la parte inferior del graderío y la orchestra (espacio semicircular que separa el escenario de las gradas), afloró la capa freática anegándolo todo: decenas de metros cúbicos de agua que era necesario evacuar para dar estabilidad y preservar el edificio. Para tal fin construyeron una galería subterránea que desalojaba el agua que nacía bajo la orchestra y una pequeña red de canales que permitían mantener seco el semisótano (hyposcaenium) que existía debajo del escenario, donde se guardaba parte de los decorados y los mecanismos que subían y bajaban el telón antes y después de las representaciones.