LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

SEGOBRIGA

En la provincia de Cuenca localizada en el cerro Cabeza de Griego, es uno de los asentamientos romanos mejor conservados de la Meseta. El nombre de Segóbriga deriva de dos términos de origen celtibérico: del término Sego-, que significaría victoria (prefijo también presente en el nombre de las ciudades de Segovia, Segorbe, Segeda y Segontia), y del sufijo -briga, que significaría ciudad, fortaleza. Por lo que su traducción vendría a ser "Ciudad de la victoria"" o "Ciudad victoriosa". El término -briga es muy común en los topónimos de la región celtíbera o de expansión de las lenguas célticas en la península ibérica.

Su verdadera importancia llegaría en la época romana. El propio Plinio hablo en su obra Naturalis Historia de esta ciudad cuya riqueza creció a raíz de la explotación de las minas del lapis specularis en sus cercanías. El lapis specularis, también conocido como espejuelo, es en realidad un tipo de roca yesífera muy codiciada en la antigua Roma donde se utilizaba a modo de cristal, para ventanas o materiales ornamentales. Aunque se extraía en otras partes del Imperio, el más valorado era el hispano.

En el año 1888 se halló un sepulcro colectivo (II milenio a.C.) de la Edad de Bronce en la Cueva de Segóbriga, excavada en piedra caliza y que se encuentra cercana al Cerro de Cabeza de Griego. En el lugar aparecieron tanto restos humanos como útiles cotidianos.

Cabe conjeturar que inicialmente sería un castro celtíbero que dominaba la hoya situada al norte de la ciudad, quedando defendido por el río Cigüela, que le servía de foso. Sus restos no han aparecido, pero un fragmento de cerámica ática del siglo V a.C. testimonia su ocupación desde esa temprana fecha.

Las primeras noticias que se tienen de Segóbriga son del geógrafo griego Estrabón, que hace una referencia muy breve y poco precisa. Sólo indica que, en la región celtibérica, alrededor de Bílbilis y Segóbriga, combatieron Quinto Cecilio Metelo Pío y Sertorio. Cabe destacar que esta antigua zona olcade fue arrasada en las Guerras de Sertorio y sustituida por la Segóbriga romana. A partir de unos textos de los siglos III y II se llama olcades a los habitantes de esa zona hacia las Serranías de Cuenca, hacia la Alcarria y Guadalajara se les llama lusones, y hacia Toledo, carpetanos. Por tanto, los habitantes de la zona y la antigua ciudad serían olcades o carpetanos.

En el siglo I Sexto Julio Frontino, en su obra Strategemata, menciona en dos ocasiones a Segóbriga. En ellas describe el ataque realizado por el lusitano Viriato contra Segóbriga (año 146 a.C.) debido a su alianza con Roma durante la conquista de Hispania por parte de ésta.

Tras su conquista romana a principios del siglo II a.C., en las guerras celtíberas, Segóbriga debió convertirse en un oppidum o ciudad celtibérica. Tras las guerras de Sertorio (años 80 a.C.), pasó a ser el centro de toda esa parte de la meseta, con el control de un amplio territorio.

En tiempos de Augusto, alrededor del año 12 a.C., dejó de ser ciudad estipendiaria, que pagaba tributo a Roma, y fue promocionada al estatuto de municipium, ciudad gobernada por ciudadanos romanos, creciendo el estatus de la ciudad notablemente, lo que llevó a su auge económico y a un gran programa de construcciones monumentales que debió de finalizar en época flavia, hacia el 80, al que se deben los edificios públicos de ocio y la muralla que hoy se pueden admirar. Los hallazgos arqueológicos indican que en el siglo III aún existían en Segóbriga importantes élites que vivían en la ciudad, pero en el siglo IV ya se encuentran abandonados sus principales monumentos, prueba de su inexorable decadencia y de su progresiva conversión en un centro rural.

En época visigoda, a partir del siglo V, todavía debía ser una ciudad importante, pues se conocen restos de varias basílicas y de una extensa necrópolis. Su despoblación definitiva debió iniciarse tras la invasión musulmana de la Península Ibérica, cuando sus obispos y élites gobernantes huyeron hacia el norte, buscando el amparo de los reinos cristianos. De estas fechas son los restos de una fortificación musulmana que ocupa la cumbre del cerro.

Extramuros, desde el centro de Interpretación hasta la entrada a la ciudad se pueden apreciar los restos de:
∗ El Acueducto, una conducción de hormigón para traer el agua desde la vecina Saelices.
∗ La Necrópolis, que estaba situada extramuros en las salidas de la ciudad, se pueden ver varias de ellas siguiendo el camino desde el centro de Interpretación al antiguo Museo.
∗ Basílica Visigoda, edificio dedicado al culto religioso fue el primero en ser excavado, en él se encontraron las tumbas de los obispos Sefronio y Nigrino.

Dentro de la Ciudad:
∗ Puerta Principal y las Murallas. Durante la época de Augusto Segóbriga llego a contar con más de 1.300 metros de murallas y varias puertas, de ellas en la actualidad se conserva la conocida como Puerta Monumental que da acceso al Foro y está junto al Teatro.
∗ El Anfiteatro, construido frente al anterior que con una capacidad para 5.500 personas es el mayor edificio de la ciudad. Presenta una forma de elipse irregular de unos 75 metros de longitud y para mayor seguridad de los asistentes a los espectáculos que en él se llevaban a cabo, la arena estaba separada del graderío por un alto pódium.
∗ Las Termas del Teatro y el Gimnasio. Situadas detrás del teatro, estaban destinadas a la formación de los jóvenes de la ciudad y a su iniciación en el Culto Imperial. En el recinto se encontraba una sauna de agua caliente y otra de agua fría, una piscina, las letrinas y vestuarios.
∗ El Foro o plaza de la ciudad, ocupaba un espacio rectangular en la vía principal. Estaba rodeado de numerosas columnas y era el centro político y social de Segóbriga. Se construyo sobre el año 15 a.C. en época de Augusto como parte del programa de urbanización de la ciudad. Es uno de los descubrimientos más recientes del parque.