Como testimonio del lugar de desembarco de la expedición normanda en la isla de Lanzarote en 1402 y como únicos restos de los emplazamientos que allí hicieron (un castillo o torre defensiva, una ermita, unos pozos y otras dependencias menores), quedan los llamados Pozos de San Marcial, en la desembocadura de un pequeño barranco que va a terminar en una playa llamados ambos, barranco y playa, precisamente de los Pozos. El lugar más genérico en que se ubican es el de Papagayo. Pero el lugar específico de los pozos es conocido también por el solo topónimo de San Marcial.
este lugar tiene especial importancia histórica. No se ponen de acuerdo, sin embargo, en cuanto al número y nombre de los pozos, ni los documentos escritos ni las excavaciones realizadas ni la tradición oral. Según Tejera y Aznar, los franceses hicieron cuatro pozos: los llamados de San Marcial (al pie del castillo), de la Cruz (por la misma vertical de la cruz en la colina de la iglesia, el que tiene los grabados con la diosa Tanit), de la Pila (por tener una pileta junto al brocal, también llamado Nuevo) y de las Cabras que es el de uso más continuado. De esos cuatro, sólo los dos primeros han sido excavados modernamente. Según información oral hay uno al que se le llama de los Escalones, que debe de ser el primero de ellos, por tener escalones de acceso. Sin embargo, la documentación histórica de Lanzarote del siglo XVII habla de tres pozos «de San Marcial»: el primero es un pozo grande, abierto, de bóveda antigua, con su pila; el segundo otro pozo más arriba de éste, que también fue pozo abierto; y el Pozo de Marcos Luzardo, que es más arriba de estos.
Aunque existe la referencia de siete pozos, en la actualidad se conocen sólo cuatro, de los que dos parecen ser los más antiguos: ∗ El Pozo San Marcial es el más cercano a la playa, y ha sufrido sucesivas reutilizaciones. Se accede por una rampa, que da acceso a dos cámaras, que presentan el techo abovedado. ∗ El Pozo de la Cruz, separado del anterior unos 40 metros, cauce arriba, cuenta con una cámara abierta al exterior por un brocal, y un acceso escalonado. Aquí se encuentran una serie de grabados rupestres. Uno de los más significativos es una figura triangular, considerada una representación de la diosa fenicia Tanit. Además, aparecen dos motivos geométricos, que responden a las características siluetas de pies humanos. |