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ATAPUERCA - PORTALÓN

Portalón es un yacimiento excepcional para el estudio de la prehistoria reciente (los últimos 10.000 años) al aunar en su interior una amplia secuencia estratigráfica muy bien conservada (más de 9 metros) y documentar una gran variedad de actividades humanas durante este período. Actualmente, se han detectado ocupaciones humanas desde el mundo medieval y romano hasta las diferentes fases de la Edad del Bronce, el Calcolítico y el Neolítico. Presenta una importante ocupación como hábitat doméstico durante la Edad del Bronce, pero fue utilizado como un auténtico "santuario" o "lugar de enterramiento" en tiempos anteriores, durante el Calcolítico. El Neolítico (IV-V milenio a.C.) está aún por excavar y seguramente nos deparará gratas sorpresas.

En los niveles de la Edad del Bronce (II milenio a.C.) se han encontrado miles de fragmentos de piezas cerámicas utilizadas cotidianamente, como platos, cuencos, ollas, grandes vasijas, queseras y jarras. Algunas piezas fueron grabadas y decoradas con gran esmero lo que nos habla de las intenciones e identidad de los fabricantes y de la singularidad de las piezas, muy probablemente de prestigio o relacionadas con rituales. También hay decenas de piezas fabricadas en hueso, asta o marfil utilizadas tanto en actividades cotidianas (espátulas, cucharas, increíbles agujas, punzones) como en el adorno personal o los rituales (botones, cuentas de collar de varios tipos, punzones con características especiales, puntas de flecha, etc.). Entre los objetos de adorno también se han hallado conchas pulidas y perforadas. Por otro lado son abundantes las piezas fabricadas en piedra relacionadas con actividades agrícolas, como las hojas de hoz o los molinos y sus manos, láminas, pequeños cuchillos, hachas de piedra pulida, así como pesas de telar y percutores para tallar. El metal (bronce) no es muy abundante pero se han encontrados algunos punzones de sección cuadrada y una magnífica hacha plana. Su economía se basaba en el pastoreo, la agricultura y, en menor grado en la caza, por lo que hay miles de restos de fauna doméstica y salvaje (caballo, vaca, oveja, cabra, perro, ciervo, jabalí, zorro, castor, lince y algunas aves).

Durante el Calcolítico (III milenio a.C.) Portalón fue utilizado también como lugar de enterramiento en el que los humanos, aprovechando la abundancia de grandes piedras dentro de la cueva, las reorganizaron formando una estructura tumular en la que depositaban los cadáveres de sus muertos junto a objetos rituales. Aunque muchos de estos enterramientos fueron alterados por las gentes del Bronce que vinieron después, en 2012 se halló el cadáver intacto de un niño de 6 años enterrado en una especie de fosa preparada con piedras. El cuerpo estaba rodeado de objetos de cerámica alrededor de la cabeza, el pecho, las rodillas y los pies. Además, a sus pies yacía el cadáver casi completo de un cervatillo.

En definitiva, la abundancia, riqueza y variedad de materiales recuperados en Portalón es indicativa de la diversidad de actividades y acontecimientos que se desarrollaron en este excepcional yacimiento durante la prehistoria reciente.

José Miguel Carretero