El oppidum ibérico de los Los Villares, también conocido como la antigua ciudad de Kelin, es un yacimiento ibérico de alrededor de diez hectáreas. Se encuentra ubicado en lo que hoy se conoce como el cerro de los Villares, muy próximo a la actual población de Caudete de las Fuentes. El hecho de encontrarse en un lugar de amplio dominio visual, junto al río Madre de Cabañas y al rico valle agrícola de la Vega, junto a una de las vías naturales de comunicación entre la Meseta y la costa mediterránea, hicieron del lugar una óptima ubicación.
El poblado estuvo habitado ininterrumpidamente desde la Edad de Hierro I (s. VII a.C.) hasta el Ibérico final (siglos II - I a.C.). Parece que estuvo amurallado, aunque apenas se conservan restos de muralla junto a los caminos que delimitan la loma. El poblado ocupa aproximadamente unas 10 ha en sus mejores tiempos, allá por el siglo IV a.C., desde la zona correspondiente a la acrópolis hasta prácticamente el río Madre, al otro lado de la población actual de Caudete de las Fuentes.
El yacimiento arqueológico permite contemplar en el interior del recinto vallado dos zonas. En ellas se ha conservado la trama urbana de dos épocas diferentes: una protoibérica (siglo VII a.C.) y otra ibérica plena (siglos IV-II a.C.). En el exterior, se puede ver un tramo de la muralla, la cantera de la que posiblemente se extrajo piedra para su construcción y algunos restos constructivos, junto al río. Los restos arqueológicos muestran unas viviendas alargadas, separadas en algunos casos por estrechos pasillos, sin apenas divisiones internas y con un hogar circular, plano o en cubeta. Los materiales utilizados son piedras y adobe, con las piedras se fabricaba un zócalo sobre el que se construía una pared de adobe. También se han encontrado restos de cerámicas hechas a mano, algunas de las cuales imitan piezas a torno; se han encontrado escasos objetos de hierro en un lamentable estado de conservación; así como un reducido número de cerámicas importadas como ánforas y tinajas fenicio-occidentales, trípodes y barniz rojo.
Se encontraron monedas, ases y semis, que ponen de relieve que Kelin acuñó moneda propia durante un corto periodo de tiempo entre la segunda mitad del siglo II y comienzos del I a.C., destinada a usos locales y cotidianos
Con la romanización de la comarca en el siglo II a.C., la ciudad ibera se trasladó a la parte llana cerca de la ribera del río Madre. Esta nueva ubicación de la zona poblada es la que dio lugar a la denominación posterior de la población romana, que será conocida como Caput Aquae (manantial de agua), del cual se derivarán posteriormente el Qabdaq musulmán y el Cabdet en lengua romance que dio origen al topónimo actual. |