Se sitúa sobre una colina, desde donde se tiene una perfecta panorámica de buena parte de la costa sur de Menorca. Esta privilegiada ubicación sumado a los tres talayots que tiene hacen pensar a los especialistas que el poblado de Torre d′en Galmés ejercía cierta supremacía sobre el resto de poblados de la isla.
El lugar fue ocupado durante el Bronce Inicial, hacia el 1.600 a.C. y, por los restos encontrados, fue ocupado hasta la época medieval. Su máximo esplendor, lo vivió desde 1.300 a.C. hasta la época romana, llegando a vivir unas 900 personas. El yacimiento arqueológico de Torre d′en Galmés está formado por un gran número de construcciones, entre las que destacan sus tres talayots, numerosas casas talayóticas de planta circular, el recinto de taula, una sala hipóstila, un sistema de recogida de aguas y hasta cuatro hipogeos que en origen tenían una función funeraria. Las construcciones más antiguas que vemos aquí son los talayots. Se trata de edificios públicos construidos a partir del 1.100 a.C. y abandonados cerca del 550 a.C.
Talayot: Los talayots de Torre d′en Galmés tienen unos estrechos corredores que unas veces no llevan a ninguna parte y otras conducen a la cima. Arriba encontramos los restos de una habitación, pero la arqueología no ha conseguido descubrir para qué servía. Talayot 1: ubicado en el Este. Sólo se distingue la parte superior. Tiene planta circular y dos pequeños portales que dan acceso a un pasillo derrumbado. Talayot 2: situado en el centro. Es el más grande y está construido en capas. En la parte superior se ve una puerta de acceso, que daría paso a una cámara oval. Tiene un muro adosado que lo conecta con el talayot 3. Talayot 3: situado al Oeste. Tiene un portal de acceso en la parte superior. Es de planta ovalada y perfil troncocónico.
Recinto de taula o santuario: Está situado en el Sur, en una cota inferior del talayot central. Tiene la planta en forma de herradura y fachada cóncava. En el interior sigue la técnica de construcción de zócalo, ortostatos e hileras de piedras horizontales en la zona delantera, y las piedras pequeñas con pilastras monolíticas en la zona del ábside. Presenta también ocho pilastras encajadas en el muro. El muro se remata con una ligera aproximación de hileras hacia el interior del espacio, hecho que le confiere una apariencia de pequeño porche. En el exterior, la técnica es de hileras de piedras horizontales. La piedra capitel fue reutilizada como sarcófago y se le excavó, en época indeterminada, una tumba.
Casas talayóticas de planta circular (que han sido objeto de excavación arqueológica): Casa 1: está situada al lado del recinto de taula, se construyó justo delante de una cueva natural. El paramento interno está hecho con piedras pequeña y pilastras adosadas. El paramento externo no se distingue por la acumulación de piedras. A cada lado del patio se documentan dos grandes espacios. Tiene un patio irregular de pequeñas dimensiones con una cisterna excavada en la roca. Todo apunta a que se abandonó hacia el siglo III a.C. Casa 2: está situada al lado de la entrada al poblado. Es de planta circular, excepto uno de sus lados. Está construida con un paramento externo de zócalo y piedras colocadas verticalmente. Tiene una entrada amplia, y su interior se divide en una serie de espacios radiales en torno al patio central, donde se localiza una cisterna. En origen, estos espacios debían ser ovales, pero se modificaron posteriormente en época romana. Junto a uno de los patios, bajo un muro romano, apareció un hipogeo de planta trilobulada que posiblemente servía de enterramiento durante el Bronce Inicial y que se reutilizó como cisterna cuando se habitaba la casa. Su utilización se documenta hasta el siglo III d.C. Casa 3: adosada a la anterior casa. Su planta no se conserva completa. Está construida con un paramento de hileras regulares en el exterior y piedras pequeñas en el interior. En el centro se encuentra la vivienda, que debía estar en contacto con el patio central. Una serie de pequeños muros dividen el espacio. Hay un espacio cubierto, presumiblemente un aljibe. Las cerámicas norteafricanas del siglo II d.C. encontradas indican que también fue utilizada en época romana. Casa 6: es de planta circular, con su entrada orientada al sur. El muro de construcción es de doble paramento, con el exterior construido con zócalo y bloques verticales, y el interior con piedras pequeñas y pilastras monolíticas. Las habitaciones se distribuyen alrededor del patio central. En una de ellas se documenta un silo de grandes dimensiones no excavado. El material está pendiente de estudio, pero todo parece indicar que habría sido ocupada como mínimo hasta el siglo I a.C. Sala hipóstila o recinto cubierto, adosada a la "casa 6": Es de planta alargada, adaptándose a la "casa 6". El acceso está perdido y no se ve como era. En el interior, tiene tres columnas polilíticas que sostienen las losas de la cubierta. Hay pilares monolíticos apoyados en el muro de la casa 6 que hacen de soporte de las losas. Casa 7: adosada a la "casa 6", con la que comparte muro. Su planta es de tendencia circular. Uno de sus muros, presenta una fachada con dintel. El muro exterior está construido con un zócalo donde se colocan bloques verticales. El muro interior se construye con piedra pequeña y pilastras polilíticas. El patio ocupa el espacio central, con la vivienda en uno de sus ángulos y las habitaciones alrededor. El material documenta una ocupación del siglo IV – III a.C. Edificio 1: se encuentra al Sur del poblado. Es una casa de planta circular de época talayótica pero que ha sufrido importantes modificaciones en épocas diferentes que han alterado totalmente su estructura interna inicial. Pero estas modificaciones nos permiten distinguir diferentes ocupaciones del poblado: época romana imperial y época islámica. Edificio 2: prácticamente adosado "el edificio 1", pero sin llegar a compartir muros. Tiene una planta de tendencia rectangular con sus ángulos redondeados. El muro es de doble paramento, con grandes bloques verticales y zócalo en el exterior y piedras pequeñas en el interior. A nivel espacial está muy modificada por construcciones posteriores de época islámica, de hecho se ha documentado una cocina islámica intacta. Este edificio no tendría el típico patio central al aire libre de las casas talayóticas, sino que habría sido un espacio cubierto. Como en el otro edificio se detectan diferentes épocas de ocupación. Recinto doméstico de época postalayótica (550 – 123 a.C.). Las casas de esta época se caracterizan por ser muy similares unas a otras y, en algunos casos, adosarse entre ellas. Son de planta circular y ausencia de esquinas en su arquitectura por lo que son conocidas como "círculos" y la gran mayoría siguen un mismo patrón arquitectónico: están construidas entorno a un patio interior. Era en este patio donde se desarrollaba la mayor parte de la vida doméstica. Desde el exterior se accedía a un patio exterior que servía de refugio del ganado, una entrada situada al sur comunica con un patio interior alrededor del cual se organiza la unidad doméstica. En el ángulo noreste suele ubicarse una zona de procesado de alimentos con un hogar, al norte una habitación para el descanso de los habitantes de la casa, al oeste dos habitaciones cuadradas, generalmente utilizadas como almacén, y al este dos habitaciones más, a veces destinadas a talleres o también a zona de dormitorio. También se encuentran dos pequeños recintos de poca altura y techas a ambos lados de la entrada. Este conjunto formado por una casa circular y un patio exterior sigue el patrón constructivo de los recintos domésticos de la época postalayótica o segunda Edad del Hierro (550 – 123 a.C.) si bien destaca por los hallazgos realizados durante su excavación. A diferencia de otras casas, aquí la habitación norte parece que fue destinada a lugar de trabajo y almacenamiento. Es un espacio amplio con una columna en el centro y el suelo allanado para facilitar la estancia. Entre otros restos, aparecieron algunas piezas cerámicas enteras, amolons (molinos de vaivén), percutores, una base de molino, un cuchillo, una aguja y abundantes restos de huesos de animales domésticos. El hallazgo arqueológico más excepcional fueron los restos de seis esqueletos. La mayor parte de los huesos se encontraban en el patio interior y corresponden a un niño o niña de entre 10 y 12 años, un hombre de unos 40 años y cuatro mujeres de diferentes edades. Hay varios indicios, como fracturas en el cráneo, que apuntan a que su muerte fue violenta y según el C14 ésta se produjo en la segunda mitad del siglo III a.C. Esta es la tercera casa de Torre d′en Galmés en la que se identificaron restos humanos, pero hasta entonces fueron hallazgos difíciles de explicar porque se trataba de pocos huesos dispersos y fragmentados. Hay que apuntar que, hasta el momento, estos son los únicos esqueletos de la prehistoria de Menorca en los que encontramos indicios de posible muerte violenta.
Casa de época postalayótica. Podemos ver como en este caso se adosaban dos casas, aunque de una de ellas únicamente queda la mitad oeste. Además la distribución actual de la otra corresponde a una reforma de época romana, cuando los habitantes de Torre d′en Galmés adoptaron nuevas formas de vida. Desmontaron los viejos muros y construyeron otros nuevos, a menudo utilizando las mismas piedra.
Recinto Cartailhac (250 – 100 a.C.): es la casa más monumental de todo el recinto, por sus dimensiones (145 m² de superficie ) y por todos los elementos anexos: recinto cubierto, patio con pasillo de acceso cubierto, horno, habitación cuadrangular. A nivel constructivo tenemos las mismas características que las otras casas: muro de doble paramento, con el exterior de bloques verticales sobre un zócalo y el interior con piedras pequeñas y pilastras monolíticas. Su organización interna es idéntica a las otras casas, con un patio central con la vivienda a un lado y las habitaciones alrededor. De ella destacamos su fachada, muy monumental, con puerta adintelada y con una de las columnas muy bien trabajadas. Aún se conservan algunos de los capiteles encima de las columnas. Su construcción y empleo se sitúa entre los siglos III y II a.C. El recinto Cartailhac también destaca por su sala hipóstila; durante la excavación aparecieron cereales carbonizados (trigo, cebada y avena) y varias capas de ceniza que se interpretaron como saneamiento del espacio. Por ello se formuló la hipótesis de que la sala hipóstila era un granero, pero una vez analizados los cereales se observó que estaban descascarillados, una forma poco adecuada de conservarlos. Normalmente, se descascarillan justo antes de consumirlos para evitar que el gorgojo los dañe.
Hipogeos o cuevas artificiales i/o naturales retocadas por el hombre, que en origen su función era la funeraria. Se encuentran dentro del recinto del poblado: Hipogeo 1: con corredor, aprovechando el sistema de recogida de agua . De planta trilobulada, tiene tres tumbas excavadas. El pasillo de acceso está cubierto con tres losas que descansan sobre una hilera de piedras. Este pasillo presenta, en uno de los laterales, una cavidad semicircular con una repisa. El portal de acceso está rebajado para encajar el cierre. Se trata de un hipogeo de enterramiento del Bronce Inicial que testimonia la ocupación de esta área en una época anterior a la cultura talayótica. Asimismo, esta ocupación del Bronce Inicial, también se ha documentado con los trabajos de excavación arqueológica, en los que se han recuperado algunos fragmentos de cerámicas pertenecientes en esta fase cultural prehistórica. Hipogeo 2: de planta tetralobulada, está situado al lado del camino. Tiene un pasillo cubierto por aproximación de hileras. Hipogeo 3: presenta un orificio en la cubierta, limitado por pequeñas losas. Tiene un doble portal con columna monolítica y cuarto como repisa. En la mayor hay 7 agujeros de diferentes dimensiones. Tiene un pasillo de acceso excavado sin cubierta. Cerca hay un silo. Se encontró cerámica árabe en superficie. Hipogeo 4: situado al lado derecho del camino de acceso a las casas. Tiene una cámara prácticamente circular.
Muralla: En la parte baja del poblado se identifica la puerta de una primera línea de muralla que delimita la parte más antigua. Con el crecimiento del poblado, se construyen nuevas casas que forman una segunda línea de muralla con su pared exterior.
Sistema de recogida de aguas y silos: Situado en el sector Sur del poblado. Hay hasta 10 coqueras comunicadas con canalizaciones mediante un sistema de drenaje. Alrededor, hay 6 silos de diferentes dimensiones y secciones además de un hipogeo reutilizado como aljibe. |