LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

POBLADO IBERO DE SANT JOSEP

El yacimiento de Sant Josep, situado al oeste de la población de la Vall d′Uixó, es un asentamiento con recinto amurallado (1.600 m²) cuya evolución cronológica abarca un marco temporal a partir desde el Hierro Antiguo (s.VII a.C.) hasta los siglos IV y la primera mitad del V d.C. Sant Josep está situado cerca de la ermita homónima, en lo alto de una pequeña colina, por debajo de la cual corre el río Belcaire.

El poblado es conocido desde el principio del siglo XX. Presenta cinco etapas de ocupación de conformidad con los restos hallados en el poblado. La primera fase de ocupación se relaciona con un grupo de cerámicas modeladas a mano que aparecieron bajo la cara exterior de la muralla. Aunque algunos fragmentos se podrían vincular al Bronce Final, estos elementos son minoritarios, por lo que se relacionan con el Hierro Antiguo. La segunda fase de ocupación del poblado se sitúa en época ibérica y es la más importante de todas. En este periodo el poblado ocupó 3.200 m². Según la bibliografía, nos encontramos con una ocupación que iría desde el siglo VI hasta el III o el II a.C. El final de esta fase está relacionado con la Segunda Guerra Púnica (entre los años 218 y 201 a.C.), tras la cual el poblado quedó abandonado. Inmediatamente después hubo un breve periodo de ocupación vinculado con el proceso de romanización entre la segunda mitad del siglo II a.C. y la primera mitad del siglo I a.C. Se documenta una breve ocupación, la cuarta, durante el siglo III d.C., relacionada con un periodo de crisis que también afectó a otros yacimientos cercanos como la villa de Benicató, en Nules, mientras que la última fase de ocupación se extiende desde finales del siglo IV hasta la primera mitad del siglo V, cuando debieron de ocuparse algunas habitaciones de la parte alta del poblado.

Respecto a la funcionalidad del yacimiento, la documentación de numerosos fragmentos de cerámica de importación griega, durante el ibérico antiguo, nos lleva a pensar que fuese un edificio de prestigio en el que habitaba la aristocracia ibérica. Los cambios que se dan durante el Ibérico Pleno ocasionan una nueva funcionalidad del yacimiento, que en este caso se interpreta como un punto de vigilancia y resguardo, posiblemente dependiente de la ciudad de La Punta de Orleyl, también en la Vall d′Uixó.

Entre las diferentes fases de construcción, la primera se caracteriza por la edificación de la Torre B, situada en el extremo sur de la zona excavada. Se trata de una torre de planta cuadrangular e interior macizo, relleno con piedras. Durante la segunda fase se levantó la primera línea de la muralla, que arranca de la cara norte de la Torre B en dirección norte y se han documentado unos 20 m de longitud. En la tercera fase se construyó la Torre A, de planta cuadrangular, hecha con muros de mampostería a doble cara, por lo tanto con el interior vacío y utilizable. Durante la cuarta fase se reforzó la muralla con la construcción de un muro adosado, en el tramo que va entre las dos torres. En la quinta fase, se reforzó la Torre A con la construcción de un muro adosado a la cara exterior. En una sexta fase se levantó un muro que reforzaba la muralla en el tramo excavado situado al norte de la Torre A. Posteriormente, se construirían una serie de muros adosados a la muralla de menor entidad. Dos de las torres se conservan actualmente.

Durante la primera fase de ocupación se decidió edificar en el interior del recinto amurallado aunque en este caso también hay que distinguir distintas etapas constructivas. En el interior del recinto amurallado encontramos una serie de dependencias de planta rectangular distribuidas a partir de un espacio de circulación que las separa de la muralla. La tercera ocupación se relaciona con el proceso de romanización entre la segunda mitad del siglo II a.C. y la segunda del siglo III a.C.