En la localidad costera de S’Illot, perteneciente en Sant Llorenç des Cardassar, se localiza un poblado prehistórico con uno de los primeros talayots de la isla y una de las murallas baleares más espectaculares que se han conservado en este yacimiento en Mallorca. br>En medio de una zona de hoteles, se encuentra un complejo arqueológico que tiene la intención de abrirnos una puerta al pasado, para conducirnos a la prehistoria mallorquina: el yacimiento de S′Illot.
Se puede apreciar varias estructuras de diferentes tipologías, pertenecientes a una amplia cronología. El edificio más antiguo se encuentra en el centro del poblado. Se trata de un turriforme, considerado un prototalayot, datado a finales del segundo milenio antes de nuestra era (a.n.e.). Junto con el yacimiento de Ses Païsses, fue uno de los primeros experimentos que dieron, pocos años más tarde, a los conocidos talayots.
Este primer edificio comunal se construyó encima de edificaciones más antiguas, las navetas, propias del periodo naviforme. A él se adosan toda una serie de casas, una de las cuales está completamente excavada. También hay dos talayotes y todo un conjunto de casas arriñonadas que se les adosan.
A mediados del primer milenio antes de la nuestra era se construyó una muralla con grandes ortostatos de más de una tonelada cada uno. Esta construcción defensiva rodea buena parte del yacimiento. De este periodo Balear encontramos dos edificios absidales, que responden a la tipología de los santuarios. Uno de ellos está en proceso de excavación. Probablemente estas nuevas construcciones perduraron hasta poco después de la conquista romana. En el yacimiento también se han documentado puntos de agua, recurso fundamental para la supervivencia de las diferentes comunidades que habitaron el lugar.
Con los foráneos, posiblemente se produjeron relaciones de diverso tipo en función de la situación política del Mediterráneo Occidental de cada momento. Unas veces comerciarían mercancías exóticas y extravagantes llegadas con embarcaciones provenientes del norte de África y del Mediterráneo Central. En otros momentos se establecerían fuertes enfrentamientos con otras poblaciones de la misma isla o con enemigos llegados del mar, como pudo ser el momento de conquista, protagonizado por el Cónsul romano Quinto Cecilio Mételo, en el 123 a.C. |