El recinto fortificado íbero de Puig de Castellet se encuentra en una colina de unos 195 m de altura a 2 km de Lloret de Mar. Desde el rellano donde está situado se domina la línea de costa de la desembocadura del Tordera hasta el extremo oriental de la playa de Lloret. Tiene 650 m² en forma pentagonal con tres muros defensivos, ya que se apoya en la altura de la colina natural que termina por fortificarlo. Su función era el control, defensa y vigía del territorio que lo rodea. Esta pequeña ciudadela amurallada no estuvo habitada durante mucho tiempo. Surgió ante la inseguridad que las Guerras Púnicas entre romanos y cartagineses provocaron en la costa, y por ello sabemos que fue ocupada durante un tiempo muy delimitado, 250 a 210 a.C. probablamente por un grupo de guerreros y sus familias, dependía de un núcleo de población más grande situado hacia el interior como podría ser el poblado ibérico de Montbarbat.

El yacimiento fue identificado en 1943 pero no se empezó a excavar hasta 1968. Disponía de dos entradas, al este (la principal) y al oeste, dos torres construidas, una al inicio y otra cerca del final del uso del asentamiento, un espacio interno con 11 espacios rectangulares, de una, dos o tres habitaciones adosadas, compuestos por zona de vivienda y zona de trabajo, y un espacio comunitario, en el centro, que hacía las funciones de plaza con equipamiento de uso común, como hornos de pan y de barro, fosas para almacenar agua de lluvia o filtrar la de origen freático y fosas para desperdicios. El recinto tiene una forma pentagonal y parece limitado por murallas en tres de sus esquinas, uno de los cuales hace ángulo obtuso, y por el otro se apoya en el promontorio.