LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

POBLADO DE LA MORRA DE QUINTANAR

La Morra del Quintanar (Munera) es un poblado fortificado de la II Edad del Bronce, localizado en un alto natural o elevación de tierra caliza sobre el río Quintanar-Corcoles. Está rodeado de una muralla con grandes bloques de piedra, todavía con una elevada altura (2,5 m) sobre un zócalo. De él se han rescatado numerosas piezas como cerámica, pesas de telar, botones y otros objetos de hueso, hoces, azuelas, moldes de fundición, queseras y fragmentos de brazalete de arquero.

Su ubicación es similar a otros yacimientos del Campo de Montiel y de la misma cultura de las Motillas, en cerros no muy elevados junto a pequeños cursos de agua y zonas irrigadas que los dotaban de una actividad económica de base agrícola.

Según los arqueólogos esta morra tuvo tres fases:
✱ FASE I: Sus habitantes realizaron el muro y la puerta del recinto (entre 1660- 1300 a.C.)
✱ FASE II: Se construyó una muralla exterior y el recinto interior. Los momentos finales de esta fase se fechan a finales del siglo XVI y comienzos del XV a.C.
✱ FASE III: Se ubicaron unos muros de refuerzo de la muralla exterior (entorno al siglo XIV a.C.) y posteriormente se abandonó el poblado.

Tiene una organización del espacio a base de cinturones defensivos amurallados. En el Quintanar la prolongación de la elevación en una zona llana fue causa de instalación ahí de algunas viviendas con zócalos de piedra y muros rectilineos.

El recinto defensivo estuvo formado por otros tres concéntricos que han terminado por adquirir un aspecto casi circular debido a las sucesivas reparaciones de sus muros. Los dos más antiguos son los interiores; el que ocupa el espacio central conserva muros de hasta 3,20 m de altura; el mediano —una auténtica muralla— se realizo con piedras trabadas con argamasa y se asentó sobre la base de roca y poseyó una puerta, abandonada hacia el 1.720 a.C.

Lo frágil de la construcción motivo la ruina parcial y su reconstrucción durante la fase siguiente; en ella, entre los S. XVI-XV a.C., se construyó una cabaña con madera, ramas y adobes, cuyas paredes se enlucieron con barro; también fue levantado entonces el recinto exterior que conforma una compleja muralla con refuerzos.

Las cabañas del poblado (de no más de 1,60 metros de altura) estaban construidas con vigas de madera, ramaje y adobe. Las paredes estaban recubiertas de barro y esparto. Sus habitantes vivían de la ganadería y el pastoreo y cronológicamente están relacionados con la Fase del Argar. Solían elegir para vivir pequeños cerros y constituían núcleos de población dispersa aunque próximos entre sí.

Al pie de la Morra hay algunas cuevas. Una de ellas presenta un agujero vertical que sale a la superficie y en él se obtuvieron algunos fragmentos de cerámica y una tapadera de barro cubriendo una tinaja que al parecer contenía restos de uva exprimida.