El poblado íbero de Montbarbat se encuentra en la cima de la montaña del mismo nombre, de 331 metros de altitud, sobre la Cordillera Litoral, en el extremo norte - occidental del término municipal de Lloret de Mar. Su situación le hace estar en un lugar estratégico, ya que es una atalaya que domina visualmente toda la depresión de la Selva, las laderas de las montañas que la rodean y toda la baja. Se está excavando desde el año 1978. Se trata de un asentamiento de más de 5.500 m² de superficie, ubicado en la parte más alta del cerro y adaptado en parte a la topografía del lugar. Se encuentra rodeado por una línea de muralla reforzada con un mínimo de dos torres. En el interior, se conocen sobre todo las casas situadas en el ángulo suroeste del poblado y las del área central, aunque diversos restos afloran en una gran extensión, aún pendiente de excavar.
La muralla, de un perímetro de 370 m y un grosor que oscila entre 1,20 y 1,50 m, rodea todo el poblado. Actualmente, se pueden ver bien unos 90 metros y está construida mediante un doble paramento de piedras trabajadas y muy bien dispuestas, con un relleno de piedra pequeña en el interior. La única torre excavada, situada en el lado oeste del poblado, es de planta rectangular, de 2,70 por 5,50 m, y se accedía a través de una entrada de 1,10 m de ancho situada en el interior de una estancia adosada a la muralla. Está datada a partir del siglo IV a.C.
Las casas se distribuyen en el interior del poblado siguiendo una cierta planificación urbanística. Las construcciones adosadas a la muralla, en la zona sur-oeste, se abren a dos calles de forma irregular y con pavimentos de tierra pisada, dispuestos perpendicularmente entre sí. Las viviendas de la zona central se articulan entre sí siguiendo otra disposición, y hay también un área abierta, seguramente destinada a actividades de tipo comunal. Aparte de las casas destinadas a vivienda, dentro del poblado también se han identificado una zona de almacenes y una cisterna para el almacenamiento de agua. Las casas son de planta rectangular o trapezoidal, con superficies que rondan los 30 m². De las paredes se conserva el zócalo de piedra y ha desaparecido la parte superior, de barro, y el tejado, hecho con elementos vegetales. Algunas casas, más sencillas, tienen una sola habitación, mientras que otras están compartimentadas, generalmente, en un vestíbulo y una habitación principal. El suelo es de tierra pisada y en cada estancia se ha identificado generalmente un hogar, hecho de barro cocido y capas aislantes de cerámica. En una casa se localizó un pequeño horno doméstico y en otros se han excavado silos para el almacenamiento de alimentos. Agujeros de poste presentes en casi todas las casas prueban la existencia de estructuras de madera.
Entre el material arqueológico sobresale la cerámica. La más abundante es hecha a mano por los propios habitantes del poblado, y está formada por vasijas de cocina y de almacén. La alfarería a torno ibérica estaba fabricada en diversos talleres de la región, estaba compuesta tanto por utensilios de mesa como de almacén, y hay ejemplares decorados con pintura blanca o roja. Entre la cerámica de importación destaca la vajilla de lujo fabricada en Grecia (Ática) y la que procede de talleres de Italia o del mundo griego occidental (sur de la Galia, Ampurdán). Finalmente, cabe destacar las ánforas, que son de fabricación ibérica, púnica o massaliota, y las piezas singulares, entre las que destacan una en forma de cabeza de cordero y dos estatuillas, una en forma de cabeza humana y la otra, también, de cordero. Los objetos de metal están compuestos por pequeñas piezas de adorno de bronce (pendientes, fíbulas), y fragmentos de cuchillos y clavos de hierro. Otro objeto de adorno encontrado son las cuentas de collar de pasta de vidrio. En piedra destaca la presencia de molinos para moler el cereal y otras semillas, y también hay material de construcción en barro (ladrillos, fragmentos de terracota, estucos) |