El yacimiento ibérico Fuente de la Mota se localiza en el término municipal de Barchín del Hoyo (Cuenca). Se trata de un oppidum ibérico, de 1 Ha de extensión, con una distribución octogonal, enclavado en lo alto de la meseta del cerro de Plaza de Moros. Posee dos fases diferentes de ocupación: una primera que iría más allá del S. IV a.C., hacia el S. V, y una segunda fase que abarcaría desde el S. IV a.C. hasta el 210 a.C., continuando con una ocupación ya muy débil, como núcleo industrial, hasta el S. I a.C. / I d.C.
Este poblamiento se erigió para la explotación de minas de hierro y arcilla siendo un centro neurálgico de vías de comunicación. El urbanismo está formado por espacios públicos y privados con calles construidas a base de arcilla compactada con entradas a los recintos y construcciones que corren paralelas a la muralla, a la que se adosan casas y alguna otra vivienda exenta.
En el área sur del yacimiento se localizaron restos de una arquitectura doméstica de casas no muy fuertes tratándose más bien de construcciones para uso temporal. En ellas se han encontrado 34 pozos. Las casas se distribuyen siguiendo las características topográficas del terreno. Son de planta rectangular y los muros de adobe se suelen levantar sobre zócalos de piedra de mampostería. Existen compartimentaciones interiores en torno a una sala central con el hogar.
Hacia la zona suroeste aparecen derrumbes de adobes cocidos, en los que se aprecia la unión con trazas de cal. Las habitaciones pegadas a la muralla, o la que aparece exenta, son distintas en cuanto a su técnica más laborada que las encontradas en el área sur. En la zona suroeste del poblado se encontraba una zona dedicada a la manufactura textil, alfarera y minera con la existencia de un horno de reducción de mineral de hierro.
Cierra el yacimiento por su lado este, un muro de orientación norte-sur de al menos 20 m de longitud que parte del pequeño cerro de la Cobertera, donde se aprecian restos de estructuras y sillares que forman una pequeña muralla, junto a elementos ciclópeos. La muralla, asentada sobre la plataforma caliza natural, aprovecha las condiciones del terreno en su levantamiento sentido ONO/ESE. Se distribuye en terrazas a partir de un foso de unos 75 cm. de profundidad, excavado en la roca caliza. Al acabar la muralla que corre en semicírculo por el yacimiento, existe una torre defensiva, que protege la entrada al recinto y controla el paso de los carros. Es de planta cuadrangular, con una superficie de unos 100 m² y una altura máxima de 6 m. Existe una vía de acceso al yacimiento en dirección norte-sur sobre un piso de tierra arcillosa compactada con piedra caliza, con un trayecto de 17 m de recorrido y unos 2 m de ancho, continuando por la muralla en sentido este-sureste. |