LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

POBLADO ROMANO DE FORUA

El núcleo principal del Poblado Romano de Forua, localizado sobre la colina de Elexalde, presenta los primeros indicios de ocupación durante los reinados de los emperadores Claudio y Nerón (41-68 d.C.). El análisis arqueológico ha permitido documentar la existencia de un poblado de aproximadamente 15 hectáreas —se conserva un 40% (6 Ha) — compuesto por edificaciones aisladas, distribuidas a lo largo de la ladera meridional que, sin obedecer a un plano urbanístico predeterminado, queda delimitado por una cerca o muro.

Polibio circunnavega la Península en el siglo II a.C. y el Imperio emprende la conquista del litoral cantábrico hacia 29 a.C. El objetivo es estratégico: controlar la franja costera para garantizar el tráfico marítimo y terrestre entre el mundo mediterráneo y el atlántico, además de ofrecer una salida al mar a los productos de la mitad norte de la Meseta. Las guerras cantábricas duran diez años por la belicosidad de astures y cántabros —las tribus indígenas de lo que es el País Vasco apenas oponen resistencia—, y acaban en 19 a.C. con la región integrada en el Imperio, desde Oiasso (Irún) hasta Brigantium (La Coruña).

Los romanos llegan a Forua hacia el 41, con Claudio en el poder, y administran el territorio alrededor del nuevo enclave comercial. En la misma época, establecen los puertos de Portuondo (Mundaka-Sukarrieta), Bermeo y Lekeitio para la navegación de cabotaje. Un "forum" solía recibir su denominación a partir del nombre del emperador, el grupo indígena o su actividad principal. Así, «Forum Augustus» se llamaba así por haber sido creado en época del emperador Augusto; «Forum Limicorum» —el actual Xinzo de Limia—, porque hacía referencia a los límicos, la tribu gallega romanizada en ese asentamiento; y «Forum Lignorum» sería un enclave de leñadores. En el caso de Forua tenemos el nombre pero no conocemos el apellido.

El yacimiento de Forua, principal monumento romano de Bizkaia, tanto en lo referente a su extensión como a su buen grado de conservación, fue descubierto en 1982. Es un portus de los ya frecuentes en la nómina de pequeños puertos que jalonaban la costa cantábrica durante el periodo romano: a Irún (Oiasso), Donostia, Zarautz, Lekeitio o Castro Urdiales (Portus Amanum –Flaviobriga-). A través de este puerto, que comercializaba con los núcleos costeros del Cantábrico y de la costa de Aquitania, se exportarían productos como el hierro local en forma de manufacturas o barras y los excedentes agropecuarios, para importar otros procedentes de los activos núcleos del arco Atlántico. Las mercancías son transportadas en embarcaciones de fondo plano hasta Portuondo o Bermeo, donde se traspasan a barcos de carga que navegan por un Cantábrico vigilado por la flota militar imperial.

El análisis de los siete edificios del Poblado Romano de Forua estudiados hasta el momento permite afirmar que las actividades económicas del asentamiento alternaron los usos propios de un poblado agropecuario con la práctica del comercio y la explotación de la metalurgia. Entre el conjunto de edificios exhumados se encuentran diversos tipos de estructuras, desde la pequeña aula destinada a las labores propias de laboreo y fundición del hierro (estructura 2), hasta dos grandes casas, parcialmente excavadas, compuestas por una sucesión de habitaciones articuladas en torno a un gran patio central (estructura 3 y 7). A todo ello se ha de añadir el hecho de que las edificaciones han sido reutilizadas y modificadas en varios momentos históricos, permitiendo indagar en una secuencia cronológica amplia y repetida que sirve como principal modelo en el estudio de la actuación de Roma en Bizkaia. Las estructura 7 tiene unos 560 metros cuadrados y parece ser un conjunto de talleres y almacenes ordenados alrededor de un patio, es el más grande de época romana descubierto en el norte peninsular.

Las estructuras desenterradas apuntan a un asentamiento que no sigue ningún tipo de planificación urbana y en el que la actividad metalúrgica tiene gran peso. Las ruinas se encuentran en la ladera sur de la colina de Elexalde y corresponden a talleres con hornos para la transformación del hierro y almacenes vinculados a un puerto fluvial que aprovecharía un meandro de la ría hoy inexistente.

El poblamiento de Forua coincide en el tiempo con el despoblamiento del castro de Kosnoaga. Es lo mismo que sucede en otros puntos de la cornisa cantábrica donde la llegada de los romanos conlleva un traslado de la población indígena desde sus poblados en altura, en los que se dedican al pastoreo, a los nuevos asentamientos fundados por los invasores, como San Sebastián y Castro Urdiales. Si los aborígenes son hostiles, así se impide que se subleven; si son aliados, no tiene para ellos sentido vivir en lo alto del monte cuando Roma garantiza la "pax" y pueden mudarse al valle.

Desde época Flavia (69-96 d.C.) el asentamiento de Forua vive su su momento de mayor esplendor en el siglo II —acoge entonces una guarnición de la legión en un cuartel cercano al puerto— y entra en decadencia en el siglo IV. La inestabilidad política y social, unida a la caída de actividad en la ruta marítima del Cantábrico, hace que, a partir de ese momento, la población abandone el poblado y se refugie en cuevas próximas como Peña Forua, hoy desaparecida, Aurtenetxe, Goikolau, Santimamiñe. El Imperio desaparecerá. Sólo quedarán en Forua los restos de lo que fue: ruinas de edificios, fragmentos de cerámica y de vidrio, monedas, útiles de metal...