Controlando uno de los pasos históricos que unía las tierras del Sudeste peninsular con la Meseta, se alza este poblado de la Edad del Bronce como ejemplo de la importancia del dominio de las vías de comunicación en la antigüedad. Los restos más visibles se encuentran en la cumbre del espolón. No se llegan a distinguir estructuras definidas, pero si se ven en las laderas grandes agrupaciones de piedras en derrumbe, que deben de proceder de casas o de la muralla que defendía el poblado.
Hay varias covachas en el cerro donde se levanta el poblado. Probablemente fueran usadas por los habitantes de El Castillarejo, si bien no se han encontrado hallazgos que lo ratifiquen. La más grande está en la ladera Sur. Desde la cima vemos una especie de trinchera cuyo uso cuando se ocupó el yacimiento se nos escapa. Siguiéndola hasta el borde del precipicio nos lleva hasta la cueva, que está orientada hacia el Este. Los pobladores del lugar eligieron un sitio de enormes posibilidades. Agricultura en los llanos del Norte, caza y pastoreo en el Monte del Coto. Agua de la rambla de las Tres Fuentes. Seguridad gracias a los escarpes que protegen al poblado por todas sus vertientes. Además domina el pasillo histórico que comunica el Vinalopó con Murcia y Andalucía. Esta ruta tuvo mucho que ver en la introducción de la metalurgia en las tierras de Alicante. Las influencias del Bronce Argárico del Sudeste peninsular penetraron por aquí. |