Se encuentra en la cima del monte Cantalar que le da nombre y que casi alcanza los 600 metros de altura. Se eleva cien metros sobre el entorno y conserva parte de su muralla en buen estado.

El Cantalar es un poblado de la Edad del Bronce donde también se han descubierto varios grabados rupestres en forma de cazoletas acompañadas de canalillos que seguramente tuvieron una funcionalidad ritual. El castro fue descubierto en 1997 por Luis Soler pero no reparó en los grabados rupestres, fue en 2005 cuando Virginia Barciela y Francisco Javier Molina descubren las primeras cazoletas y varios motivos cruciformes, posteriormente se han descubierto otras cazoletas en las inmediaciones del poblado prehistórico.

Aunque hay discusión y varias hipótesis sobre la cronología y funcionalidad de las cazoletas, la mayoría de los investigadores creen que son de la Edad del Bronce. Ello es debido en gran parte a que muchas de ellas se han hallado cerca de poblados de la Edad del Bronce, como es el caso de El Arabilejo.