LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

POBLADO TALAYÓTICO DE CAPOCORB VELL

Uno de los poblados talayóticos más extensos de la isla, con un área de más de 6 mil m², se encuentra muy cerca de CapBlanc y de Cala Pi, posiblemente el puerto natural del poblado de origen talayótico.. Excavado por primera vez en 1.918, está formado por varios talayots y grupos de habitaciones. El poblado talayótico de Capocorb Vell consiste en un recinto amurallado en el que se conservan cinco talayots, dos de planta cuadrada y tres circulares, entre los que destaca uno con dos pisos. De fecha posterior a éstos (s.VI a.C.), se han descubierto grupos de viviendas formadas, en su mayor parte, por una habitación de planta cuadrada precedida en ocasiones por una antecámara. Aunque se han contabilizado alrededor de veintiocho, se sabe que el poblado se extendía mucho más en dirección noreste. Además se cree que el núcleo también contaba con un santuario, destruido con las obras de construcción de la vecina carretera militar.

Es un poblado talayótico un poco atípico, debido a que continuó habitado hasta la Edad Media, y sufrió constantes modificaciones. Algunos arqueólogos consideran que más que un poblado podría tratarse de un área ceremonial vecina al mismo, y que el poblado debía estar unos 100 m más al suroeste, donde hoy se encuentra la casa de Capocorb Vell. Esto no sería extraño, pues en Mallorca, tradicionalmente se han aprovechado los yacimientos talayóticos como fuentes de material de construcción.

Los restos arqueológicos se encuentran en una zona plana, a unos 100 metros sobre el nivel del mar. Están rodeadas por una área agrícola, algarrobos, almendros, acebuches y pastos de ovejas.

Lo más probable es que una vez en este yacimiento nos quedemos impresionados ante la monumentalidad del mismo. Las características propias del asentamiento y sus dimensiones nos hacen pensar en un centro que debía de vertebrar, a modo de capital o de núcleo central, la vida de los pueblos vecinos. En él se han conservado tres talayots circulares, dos cuadrados, veintiocho viviendas cuadrangulares, muchos de ellos con ante-cámara y unidos por una gran muralla. También encontramos un santuario del Periodo Balear y remodelaciones del Periodo Romano.

A pocos metros de este poblado central hay restos de más talayots, un posible túmulo y otras estructuras, que a falta de ser excavadas hacen pensar en restos de viviendas. La extensión del poblado iba más allá de la zona de acogida, ultrapasando la actual carretera, que afectó gravemente al yacimiento. Por lo tanto podemos pensar, que en un momento inicial se trataría de un gran poblado de la costa sur.

Los orígenes de este poblamiento los podemos situar a de finales del segundo milenio. Esta fecha ha sido obtenida gracias al análisis de los restos de vigas de uno de los talayots cuadrados. Las vigas, de acebuche, han podido conservarse, puesto que se encuentran en un corredor, donde se han mantenido en unas condiciones óptimas de conservación, y han hecho posible la recogida de muestras para su datación radio carbónica. Este corredor comunica un primer piso con una zona subterránea del mismo edificio, las funciones de la cual se desconocen.

Cómo sucede con otros yacimientos de la isla, de las cenizas de la sociedad talayótica surgió una nueva era, la Balear, caracterizada por la violencia, con el hondero como máximo exponente. Los talayots dejaron de tener su función original y la vida comunitaria se desplazó a unos edificios en forma de herradura, los llamados santuarios, de los que en Capocorp encontramos uno.

En estos momentos de apertura a la mediterránea de las sociedades baleares, Cala Pi sería un enclave estratégico para la llegada de materias de fuera de la isla: vino, elementos cerámicos y decorativos, provenientes de Ibiza primero y de los territorios itálicos después. Igual que sería un punto de partida de los contingentes de honderos hacia zonas de conflicto, donde lucharían, en un primer momento a favor de las tropas cartaginesas y siglos más tarde junto a Roma, en territorios que ultrapasaban el Mediterráneo.

Después de la conquista romana de la isla, en 123 a.C., a este poblado llegaron materiales y gentes de varios lugares del Mediterráneo. Una vida que continuó desarrollándose de forma más o menos continuada hasta la Época Medieval, cuando el núcleo fue abandonado definitivamente, y dónde, a pocos metros, se edificó la Possessió de Capocorb Vell, de origen musulmán.