LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

PINTIA

El yacimiento arqueológico de Pintia es de origen vacceo y fue despoblado en época visigótica. Se encuentra en Padilla de Duero, a cuatro kilómetros de Peñafiel, Valladolid, y es un notable conjunto arqueológico que abarca 125 hectáreas.

El poblado abarca desde la Edad del Bronce hasta la época visigoda. La II Edad del Hierro y el periodo romano fueron las épocas de mayor esplendor del asentamiento. Es el testimonio de una dilatada historia de más de mil años de desarrollo, con tres grandes horizontes culturales: vacceo, romano y godo.

El yacimiento está formado por Las Quintanas (donde se asentaba la antigua ciudad vacceo-romana), Carralaceña (un barrio alfarero), el ustrinum o crematorio de Los Cenizales (un presunto santuario entre Los Hoyos y Las Ruedas), y Las Ruedas propiamente dicha (una necrópolis) Precisamente esta última es la zona más destacada de todo el conjunto arqueológico. Se trata de un camposanto vacceo compuesto por multitud de estelas funerarias.

Las Quintanas fue la ciudad que resurgió siete veces de sus cenizas. Se trata de una zona del yacimiento de unas 25 hectáreas de extensión que queda delimitada entre el curso del río Duero y una línea defensiva artificial observable desde el aire. Contaba con muralla y un sistema de varios fosos de perímetro. Las fases de ocupación de la ciudad abarcan desde el siglo IV a.C. hasta el VII de nuestra era.

Pintia también se extendía a la orilla derecha del Duero, a lo largo del pago de Carralaceña, donde se ubicaría el antiguo barrio artesanal. Ocupaba nueve hectáreas y se han hallado aquí restos de un alfar que comenzó a producir desde el siglo II a.C.

Por último, la necrópolis de Las Ruedas, a unos 300 metros al sur de Las Quintanas, fue un espacio sepulcral de unas seis hectáreas de extensión que estuvo funcionando entre finales del siglo V a.C. y el inicio del II. Frente a la necrópolis y separada de ella por el cauce del arroyo de La Vega, se ha hallado un área cuadrangular, de unos setenta metros de lado, que al parecer hizo las funciones de santuario.

Los vacceos fueron una de las etnias prerromanas más importantes que habitaron el valle central de la cuenca del Duero y se asentaron en la zona dejando su huella en estas tierras con su arquitectura de adobe, el consumo frecuente de vinos y también la agricultura cerealista extensiva. Fueron un pueblo de origen celta procedente del norte de Europa.

A la tribu de los vacceos también se les presupone mucho valor y actitud guerrera contra el yugo exterior que quería dominarles, pues ayudaron a los arévacos de Numancia durante el asedio a que fueron sometidos por los romanos en el siglo II a.C.

No abundan los restos arqueológicos visibles en el propio yacimiento arqueológico, pero no por ello se puede restar importancia a la fascinante historia que conservan sus piedras.

Esta antigua ciudad prerromana tuvo una gran importancia estratégica por tratarse de una encrucijada entre la Hispania interior, la proximidad de las minas, la salida al mar Cantábrico y el acceso a la Aquitania gala.