El conjunto de grabados rupestres de Pendilla, destruido en gran parte por el ensanche como pista minera y ganadera del camino que ascendía desde Pendilla hacia Propinde, se distribuía a lo largo de una veintena de rocas en torno al llamado Pontín de Fornillos, nudo de comunicación de pasos tradicionales entre la meseta y el territorio asturiano a través de la sierra de los Pasos de Arbas.
Se documentaron grabados piqueteados con presencia mayoritaria de cazoletas, herraduras y cruciformes, discos solares, estelas aparentes, marcadores de accesos y recorridos, formas de ballesta, circulares, triangulares, bitriangulares, elipsoidales, laciformes, inscripciones, rasgos caligráficos..., junto a significativos motivos antropomórficos podomorfos, alfabetiformes y diseños en phi. Además de estos temas, de probable cronología prehistórica o protohistórica, aparecieron inscripciones y otras representaciones de tiempos históricos, que darían cuenta del tránsito y uso del lugar desde la Prehistoria reciente hasta épocas modernas. |