Estación situada por debajo del Cementerio de Santo Domingo. Está formada por bloques sueltos que guardan cierta disposición circular aunque ésta ha variado en el curso del tiempo. Los grabados rupestres que se conservan son una auténtica maravilla por su tipología, estado de conservación, técnica y emplazamiento. La temática es variada y compleja, con magníficas representaciones de espirales, círculos concéntricos y meandriformes. Algunos de los paneles están grabados por las dos caras y contienen pequeñas cazoletas. La técnica de ejecución fue el picado de anchura y profundidad medias. La estación consta con 17 paneles, si bien aparecen petroglifos por todo el lomo y formando parte de los muros que delimitan las diferentes vetas de cultivo. A ello hemos de añadir numerosos paneles con motivos incisos, algunos de arados, pero muchos otros son petroglifos prehispánicos, entre los que destaca un grupo de reticulados y otros motivos naviformes que parecen históricos.

Los petroglifos se hallan situados en el barranquito que separa el casco de la villa de El Calvario, a unos 100 m. de la pista del Puerto. El motivo principal de esta estación, situado sobre una cueva carente de relleno, es un petroglifo en forma de greca que se continúa luego en un laberinto a base de líneas serpentiformes. Encima de este, a unos 10 m. sobre el cauce del barranco, existen otros motivos recubiertos por tabaibas, verodes y tuneras. El mejor conservado presenta varios surcos paralelos, motivo este que se repite en la estación cercana al Grupo Escolar de Santo Domingo. En el otro margen del barranco, frente a estos motivos, parecen seguirse otros grabados, en su mayor parte destrozados por la erosión. Los temas existentes están formados, al parecer, por una pequeña espiral y un meandro.

Los petroglifos del calvario fueron citados por primera vez en 1922.