A no muchos km de Minateda, en El Cenajo, se encuentran distintos grupos de petroglifos (grabados en la roca). El Campo de petroglifos del Cenajo está formado por tres grupos en los que hay grabados una serie de canalillos y cazoletas, interpretados como altares o espacios sagrados desde donde se solicitarían las lluvias. Este es un santuario al aire libre, en el que hay un jalón entre montañas y un viejísimo cruce de caminos que enlazaba Férez y Socovos con el valle del río Mundo y Hellín, en el que se describen toda una serie de ritos chamánicos, con todos los matices que se quieran sugerir, en los que intervienen árboles, hombres que han trepado a sus copas, receptáculos (cazoletas) y canalizaciones.
Son tres conjuntos de grabados en la piedra, dos con dibujos lineales y pequeñas cazoletas, y el otro con algunas líneas y una gran cavidad central. Se cree que pudieron ser hechos a finales de la Edad del Bronce, aunque también estas dataciones son controvertidas.
Estamos ante trazos cuya identificación, significado, utilidad o simbolismo están abiertos a interpretaciones, y las interpretaciones cubren un extenso abanico, que va desde quienes ven una utilidad prosaica, como la de ser utilizados como prensas, señales de límites territoriales o depósitos de agua; y la de quienes creen que fueron grabados, muestra de un lenguaje ritual o simbólico que hoy se nos escapa. Se identifica una de las figuras como un hombre colocado en lo alto de un árbol, y otras como figuras arboriformes y humanas. En conjunto, interpretan que se trata de un lugar de fuerte carga sagrada, de un santuario en el que la figura central es un chamán sobre un árbol. |