En el municipio de Guitiriz, se han llevado a cabo muchas excavaciones arqueológicas y trabajos de investigación. Uno de los petroglifos más interesantes es el de A Pena das Calzadas en O Buriz. Es una gran roca de granito, de unos 5 metros de largo y aproximadamente 1,75 de altura, en la parte superior se puede ver dos cuencos pequeños, muy desgastados. En el extremo derecho, doce pequeñas aberturas. En la parte principal vemos una cuadrícula donde, en un lado, está representada una posible "puerta", que puede representar una choza o un lugar de culto.
El petroglifo consta en líneas generales de un cuadriculado central e irregular, muy desdibujado en algunas partes por la erosión y enmarcado a ambos lados por dos figuras formadas por tres líneas curvas concéntricas, siendo de mayor tamaño la situada en su extremo derecho, de 75 cm. de altura y 47 cm. de anchura máxima, mientras que la de su extremo izquierdo mide sólo 25 cm. de altura por 20 cm. de ancho máximo. Podría ser interpretando como una cabaña, apreciándose una puerta en su lado derecho.
Esta disposición vertical del gravado dificultaría el trabajo del grabador. La decoración de retículos es una iconografía más habitual de lo que en un primer momento pudiera parecer, pues aparece en cistas, petroglifos y cámaras dolménicas de todo el occidente peninsular. Se trata de un diseño que se remonta al Neolítico y que se reinterpretará a lo largo de diversas épocas. Como ocurre con otros petroglifos, ha sido cristianizada la roca con una cruz tratando, seguramente, de ocultar los anteriores cultos.
El conjunto se encuentra en un grave estado de conservación, el abandono, la falta de vegetación y el desconocimiento hacen que sufra un deterioro muy rápido. Los expertos señalan que, una de las cosas que más ayuda a esta degradación, son los raspados que eliminan el musgo que protege la piedra de la erosión. |