LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

PEDRA DO HOME

A Pedra do Home o Pedra dos Mouros es un afloramiento granítico en el que se encuentran 3 sarcófagos antropomorfos labrados en la roca. Se sitúan en un lugar elevado, un excelente mirador natural sobre el valle que forman la confluencia de los ríos Dubra y Tambre.

La roca en la que aparecen labrados es muy irregular, con señales de fuerte erosión fruto del paso del tiempo, de la acción de la lluvia y el viento, pero presenta evidencias de que antiguamente era mucho mayor y fue sometida a diferentes acciones destructoras. De hecho, algunos vecinos cuentan que recuerdan la existencia de una docena de sarcófagos y que en la década de los 50 fueron dinamitados en la búsqueda de un tesoro mencionado en la tradición oral de la zona.

Antes de su destrucción, la roca sobre la que se encuentran los sarcófagos se levantaba al menos 5 metros más que en la actualidad, según los lugareños, tenía forma de menhir y contaba con una escalinata y una plataforma desde la que se veía el puente y el río, e incluso el mar (restos quizás de la originaria torre de vigilancia)

No hay acuerdo entre los autores sobre la cronología de estos enterramientos, pero en cualquier caso suelen situarse en época altomedieval, durante un largo período que podría ir desde el siglo V al XI d.C. y serían más antiguos que la tipología de sarcófagos exentos.

Los sarcófagos de A Pedra do Home tienen los tres similares características. Poseen un extremo redondeado para colocar la cabeza de los difuntos y un hueco trapezoidal para el resto del cuerpo. Esta forma tan característica fue sin duda la que dio origen al topónimo del lugar. El espacio para el difunto tiene una longitud de entre 1,60 y 1,47 m, por lo que parece que debieron pertenecer en su momento a individuos adultos.

Todos ellos presentan además la misma orientación, los pies cara el oriente y la cabeza al atardecer, coincidente con la mayor parte de las iglesias cristianas desde el siglo IV en adelante.

Estos sarcófagos estaban cubiertos con lápidas cinceladas, que hoy se encuentran en el Museo do Pobo Galego de Compostela, además en los alrrededores se han encontrado monedas, joyas de metales varios y cerámicas que pudieron formar parte de las ofrendas a los muertos.

El conjunto rupestre es, por tanto, el resto de una necrópolis medieval vinculada a un santuario del cual desconocemos más datos. Podría tratarse de un cenobio o bien de una localización anterior de la Iglesia Parroquial. De hecho el templo actual se encuentra a escasa distancia, con contacto visual directo con el lugar y la advocación de San Cristóbal es un culto antiguo muy popular durante la alta Edad Media.

Según cuentan, pudo ser un cementerio de los vigías del paso del Tambre, ya que Portomouro es un paso casi obligado, cuya población original, y más antigua, se ubicaría en la parte alta, donde se dice, existió un castro y donde hoy se encuentra la Iglesia.