La necrópolis de Los Villares se localiza en el término municipal de Hoya-Gonzalo (Albacete), situada en las estribaciones de los Altos de Chinchilla de Monte-Aragón, a 4 km de la localidad, en las inmediaciones de la antigua vía Heraclea.
La necrópolis ocupa una extensión de 0,5 ha y fue utilizada durante más de seis generaciones. El espacio funerario estuvo formado por 40 construcciones tumulares de entre uno y tres escalones, adosados unos a otros, y 106 cremaciones en hoyo. Todo el conjunto presenta superposiciones estratigráficas de casi dos metros de espesor. Las excavaciones realizadas han documentado hasta tres fases y distintas subfases, que abarcan una cronología cuya época corresponde al ibérico antiguo y pleno entre el último cuarto del siglo VI a.C., y los primeros decenios del siglo IV a.C.
Entre los materiales destaca el complejo escultórico que representa un guerrero a caballo de principios del siglo V a.C. (en torno al 490 a.C.), considerada la escultura ibérica de mayor tamaño (1,8 m de altura), cuyo pedestal apareció "in situ" en el momento de la excavación en una tumba de adobe, y que va vestida de modo similar a los guerreros de Porcuna, y con caballo ricamente ataviado. Una segunda escultura corresponde al Jinete a caballo, encontrada sobre la tumba tumular nº 20, fechada gracias a los materiales asociados que incluyen 10 cántaros de San Valentín, en torno al 410 a.C.
La fase II, a lo largo del siglo V a.C. ha resultado de gran interés para el conocimiento de los íberos en general. La documentación de dos banquetes funerarios a la manera griega, dos silicernia, han permitido conocer ritos de comensalidad en torno a las celebraciones con vino, además de aportar dos conjuntos de vasos griegos excepcionales en las tumbas 20 y 25, donde una vez realizadas las celebraciones las vajillas fueron rotas y enterradas.
El monumento de la tumba nº 18 fue levantado hacia el año 490 a.C. Estaba coronada por una escultura monumental de 1,65 metros de altura. Denominada como Caballero nº 1, un hombre a caballo muestra el reflejo de la Grecia arcaica en su rostro, en la sonrisa, los ojos y el peinado con largos tirabuzones. Está vestido con un faldellín corto, anchas hombreras, camisa con escote en V, y ancho cinturón como corresponde a su posición social. Sujeta las bridas de un caballo cuya cabeza es extraordinaria en los detalles anatómicos, mientras que el cuerpo del animal, cubierto con una manta, tiene una labra menos detallista.
Una segunda escultura con jinete, el Caballero nº 2, se sitúo también sobre una estructura tumular. Fechado en el año 420 a.C., es de labra más simple, menos detallista en su anatomía y proporciones. El jinete, con un faldellín plisado, ha perdido torso y cabeza.
Destacan las cerámicas de importación, procedentes de Grecia, como un enócoe ático, un askos, aríbalos, y otras, presumiblemente comercializadas a través de Emporion (Ampurias) .
La necrópolis presenta varios aspectos interesantes. Por un lado, ofrece una periodización secuencial de las primeras fases evolutivas del mundo ibérico en la zona. Por otro lado, las importaciones (cerámicas griegas, materiales púnicos, etruscos, etc.) han permitido una datación extraordinariamente precisa. Los aríbalos de la colonia griega de Naucratis, la cerámica griega o el hallazgo de un escarabeo púnico parecen dar pistas acerca de los nodos de intercambio a larga distancia en el Mediterráneo.
En este yacimiento se recogieron fragmentos de arquitectura monumental ibérica (cornisa con gola) y escultóricos (Cierva del Museo de Albacete, toros...) que formarían parte de otro tipo singular de construcciones funerarias como son los «pilares estela». Se trata de pilares cuadrangulares levantados sobre monumentos escalonados coronados por cornisas y finalmente por esculturas. A este tipo de monumento funerario pertenecerían los magníficos ejemplos escultóricos de jinetes que se conservan en el Museo de Albacete. Ofrece también restos de enterramiento tumular, sobre el que se superpone una necrópolis romana, dados los objetos romanos, ungüentarios y lacrimarias de vidrio, objetos de bronce y urnas de incineración que se han hallado en este yacimiento. |