LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

NECRÓPOLIS IBERA DE LOS NIETOS

El yacimiento ibérico de Los Nietos se localiza en el término municipal de Cartagena, en la pedanía de Los Nietos, sobre una loma situada a unos 100 m. al Oeste de la carretera de los Belones a Los Nietos. Es una necrópolis de enorme importancia, no sólo por los magníficos materiales cerámicos y metálicos hallados durante la excavación de su necrópolis, también porque es el único poblado y necrópolis ibérica hallada junto a la costa murciana.

La cultura ibérica prefiere, por norma general, los lugares elevados que facilitan el encastillamiento y, por tanto, la protección de las viviendas. Cuando las defensas naturales del lugar no bastan para garantizar la seguridad recurrían a la construcción de murallas de mampostería que en ocasiones superaron los tres metros de altura. Cuando se han documentado yacimientos ibéricos en llano, ha sido siempre en el interior de la Región y en las proximidades de un gran poblado nuclear, más importante, encaramado en la cumbre de algún cerro próximo. Por eso sorprende encontrarse un yacimiento de este tipo tan próximo a la costa y carente prácticamente de defensas.

Las excavaciones que se han realizado en el poblado ibérico de Los Nietos permitieron la definición de los límites de la necrópolis asociada al hábitat y la exhumación de más de 200 tumbas de incineración. La necrópolis se caracteriza por la dispersión de las sepulturas, muy alejadas unas de otras en comparación con otras necrópolis donde la concentración de tumbas es mucho mayor.

Como en otras necrópolis, no hay uniformidad en los tipos de enterramiento, si exceptuamos que son incineraciones. Hay tumbas con empedrados tubulares, otras tumbas con un túmulo de piedras delimitadas con losas de adobe rojo, fosas simples sin ningún tipo de cubierta (únicamente barro endurecido) o fosas con urnas cinerarias. El fondo del nicho, en general, se adapta a la roca base. La orientación de las sepulturas es de Sur a Norte en la mayoría, con pequeñas variaciones de Suroeste a Noroeste. Los ajuares son pobres en general. Tan sólo algunas tumbas poseen un ajuar funerario completo con cerámicas ibéricas y áticas, objetos de bronce y armas de hierro.

Se ha podido establecer la cronología del yacimiento; la primera fase del hábitat data de finales del siglo V a.C. y su uso se prolonga hasta comienzos del siglo II a.C., período convulso que sigue al fin de la Segunda Guerra Púnica y durante el cual se inicia la dominación romana. En este período de tiempo de más de 300 años se distinguen dos momentos de ocupación: uno que se inicia a finales del siglo V y que perdura hasta mediados del siglo IV a.C., que corresponde al momento de mayor auge del poblado; y un segundo que concluye con el abandono del hábitat en los comienzos del siglo II a.C. La ubicación costera del yacimiento y su proximidad a la sierra minera de la Unión le confiere un carácter comercial, abierto al contacto de agentes comerciales. Su fecha de abandono debe relacionarse con el afianzamiento del control romano de la zona.

En 1992 se halló la muralla y una de las puertas de acceso al poblado, lo que confirma que los límites del poblado coinciden con los de la pequeña colina en la que se inserta. Se cree que la muralla fue levantada hacia finales del siglo IV o principios del siglo III a.C. sobre los restos de otra anterior, datable en los primeros años del siglo IV a.C. También se ha constatado de la existencia de dos grandes torreones y la existencia de estructuras arqueológicas exteriores a la muralla.