LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

NECRÓPOLIS DE LAS AGUILILLAS

Situado entre los valles del Guadalteba y Turón, en un promontorio de areniscas del Mioceno que se levanta unos 500 metros sobre el nivel del mar. La necrópolis prehistórica de las Aguilillas se descubrió a finales de los años ochenta. Son siete estructuras funerarias excavadas en la roca que han conservado las cámaras sepulcrales y numerosos nichos a su alrededor. Algunas de ellas conservan los corredores de acceso. Se estudiaron más de dos mil piezas arqueológicas y una cincuentena de personas, de ambos sexos y todas las edades, que fueron enterradas en estas sepulturas entre los años 2.100 y 1.900 antes de nuestra era. En un periodo de tránsito entre la Edad del Cobre y la del Bronce. Parece ser que estuvo asociada al poblado de El Castillón que se encuentra a unos 500 metros al otro lado del río Guadalteba.

Según los estudios realizados, fueron enterradas unas 50 personas de distintas edades y sexos, los enterramientos son de segunda deposición (sólo huesos). Las tumbas fueron construidas manualmente con picos de piedra (recuperados unos doscientos de sílex y otros materiales), y junto a los restos humanos fueron encontrados ajuares consistentes en vasijas de cerámica, cuchillos de sílex y adornos personales (collares), así como objetos metálicos como puntas y punzones, y unos ídolos femeninos en piedra.

Algunos de los sepulcros son parecidos a las estructuras megalíticas aéreas o construidas sobre el suelo, del tipo denominado corredor, compuesto por un corredor y una cámara. En otras tumbas en lugar de un corredor encontramos una antecámara. Fue muy común el uso de hornacinas y nichos laterales excavados donde se depositarían los restos óseos. Las tumbas cuentan con un sistema de evacuación de aguas mediante canales excavados en la roca.
Tumbas 1, 2 Y 3: Las estructuras 1,2 y 3 conforman un conjunto de gran interés arquitectónico. En los tres casos, la arenisca fue horadada con picos de piedra, de los que se pudieron estudiar más de doscientos. Con estas herramientas de canteros, recuperadas en los entornos de las tumbas, se realizaron todas las estructuras de la necrópolis. En dos de estas tumbas son muy evidentes los corredores de acceso y el empleo de losas de cierre de las que han quedado las ranuras de apoyo. La tumba 1 ha llegado a nosotros incompleta o sencillamente, no se terminó de construir. Actualmente presenta los restos de una cámara y dos nichos. La tumba 2 tuvo corredor, un nicho en la antecámara, en su origen cubierto por losas conformando una falsa cúpula, y gran cámara central con dos nichos laterales. La tumba 3 conserva un corredor y tuvo una pequeña antecámara, cubierta también con losas dispuestas en aproximación de hiladas y una cámara circular carente de nichos. En el suelo se observa una ranura para encajar una gran losa.
Tumba 4: Esta tumba puede considerarse una construcción semirupestre, dado que, con toda probabilidad, se escavó sin corredor y con una planta ovalada que contenía la antecámara y la cámara separadas por un tabique. Los restos de un pilar apoyaría la idea de que se culminó con una cubierta apoyada en los postes de madera que han dejado sus hoyos alrededor de la tumba. Su aspecto final sería parecido a una cabaña o un túmulo. El proceso de excavación ofreció como resultado la aparición de un único enterramiento, localizado en la cámara, en mal estado de conservación. El ajuar consistía en algunos fragmentos de cerámica y algunas piezas de sílex, entre las que destaca una punta de flecha sin usar. El esfuerzo de construcción y el hecho de haber sido ocupada por un solo individuo, avalaría la hipótesis de que se concibiera como sepulcro colectivo y que se abandonara tras la primera deposición, quizás por derrumbe de la parte efímera de la estructura.
Tumba 5: La excavación y estudio de la tumba 5 supuso el análisis de la estructura arquitectónica más interesante del conjunto. Realmente la composición conceptual es parecida a la mayoría, ya que presenta corredor y un ensanche a modo de antecámara. Siendo la cámara principal, de mayor tamaño, y un nicho de menor tamaño, dispuestos de forma lineal. Respecto al hecho de que se cubra con grandes losas, se valoran dos hipótesis. La primera supone el hecho de que los constructores tuvieron un problema de hundimiento en la zona de confluencia entre el corredor y la cámara principal, que solucionaron con muros de contención y dos losas. A partir de este incidente, los constructores deciden cubrir toda la cámara y el nicho con las grandes losas. La segunda plantea la idea de que fuese construida directamente con modelos arquitectónicos megalíticos, aunque siguiendo un proceso local de excavación de las cámaras. La estructura funeraria resultante, se cubrió con un túmulo. La arquitectura emplea recursos tanto del megalitismo dolménico, como de las estructuras negativas, talladas en las rocas conocidas como "cuevas artificiales". Un híbrido de gran interés patrimonial.
Tumbas 6 Y 7: Las dos estructuras, asociadas por proximidad, presentan un modelo parecido, carentes de corredores, con una reducida antecámara y un cámara central o principal, en la que se excavaron tres y dos nichos, respectivamente. En la tumba siete, la de menores dimensiones de la necrópolis, se conservó, in situ, una gran losa que cerraba uno de los nichos, en cuyo interior se conservaba un enterramiento infantil asociado a una pareja de adultos. Entre la cámara y el exterior, existe un escalón de piedra. En la tumba seis, más grande que la anterior, se conservan tres nichos situados en un plano elevado con respecto al piso de la cámara principal.

La variable del modelo constructivo, sin corredores, no debe suponer, a priori, una variante entre los conceptos sociales y económicos de sus usuarios, ya que el reparto o funcionalidad de las estancias interiores, responde a un único modelo, común al resto de enterramientos de las Aguilillas.