Situado en las inmediaciones del Santuario de la Virgen del Cid, el yacimiento del Morrón del Cid tiene un pasado íbero-romano. Esta antigua ciudadela de la Edad de Bronce tiene unas murallas con casi 5 metros de anchura y un aljibe de 8 metros de alto. Fue habitado desde el 1.500 a.C. hasta el siglo IV d.C. La muralla tenía anchuras de 4,70 metros y 4,80 metros, con algunos bloques de piedra de más de una tonelada. Por su parte, el aljibe está excavado en la roca y tiene 8 metros de ancho.
El asentamiento tiene un origen ibérico, aunque fue posteriormente ocupado durante la etapa romana. De la etapa íbera datan restos de la muralla y viviendas, así como cerámicas, útiles de bronce y algunas monedas. También se conservan dos estelas funerarias, una en el interior de la ermita y otra en el muro exterior.
Ya a la época romana se atribuyen el aljibe, una supuesta conducción hidráulica o distintos restos cerámicos (terra sigillata itálica, gálica, hispánica, clara, y cerámica común), monedas, objetos de hueso y metales. También destacan las lápidas funerarias empotradas en las paredes de la ermita y varios relieves con motivos de carácter sacro.
En las cercanías se encuentra un abrigo que conserva un panel con grabados rupestres. Contiene tres figuras formadas por series paralelas de líneas y puntos colocados en ángulo recto. |