La Puentecilla, en el pueblo de La Cuadra, tiene una altura total de 2,35 metros de los que son visibles apenas 1,80 metros y un peso estimado de 1,2 toneladas. Se estima que la cantera de donde procede no está a menos de 500 metros de distancia.
Su forma actual, obviamente, recuerda poco a un menhir, ya que ha sido restaurado debido a su estado. Había sido fracturado en época relativamente reciente para obtener del mismo sillares de arenisca. El mayor de los fragmentos aún conservaba unos curiosos grabados, de cronología y significación incierta, pero en cualquier caso antiguos. Algún entendido cree ver en él una posible representación esquemática de un carro. Sin duda alguna era el menhir que peor estado de conservación presentaba y el que más había sufrido el olvido al que tradicionalmente se había visto sometidos los menhires de Valdeolea. Paradójicamente, era el más visible y uno de los más conocidos.
Dado el lamentable estado de conservación se procedió a lo único que se podía hacer, pegar ambos fragmentos (sus aristas laterales encajaban perfectamente), proceder a su saneamiento biológico, y rehincarlo en su lugar de ubicación original, el cual se conservaba abierto, puesto que el menhir fue abatido in situ para ser convertido en material de construcción y su base aún se encontraba dentro de la zapata de calce original. Tras ser levantado, fue calzado con piedra y tierra de la propia zapata restaurado en la medida que fue posible (limpieza y pegado y sellado de los dos fragmentos). Su forma actual, obviamente, recuerda poco a un menhir, pero no por ello podíamos olvidar la importancia y significación del mismo. |