LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

LUCUS AUGUSTI

Una vez muertos Lépido y Agrippa, Octavio Augusto asumió la representación de los tres poderes: el político, el sacerdotal y el magistral. En el año 12 a.C., la ciudad a fundar en la Gallaecia recibió el nombre de Lucus Augusti, "Bosque Sagrado de Augusto".

En el momento de la fundación de la ciudad, Octavio Augusto era el mandatario único de Roma y había alcanzado el cenit de su biografía. Era emperador, sumo sacerdote de la religión y gran maestro de la Ciencia Sagrada y se presentaba como divinidad en las provincias del Imperio.

Las tierras de la Gallaecia, Astúrica y Cantabria fueron, durante casi catorce años, rebeldes a las intenciones del emperador. Fue necesaria la participación de Marco Agrippa para la pacificación de estos territorios. La ciudad de Lucus Augusti materializó un pacto sagrado de convivencia en paz entre los pueblos indígenas y Roma.

Su forma, según el rito de Jano y de geometría igual a su templo, tenía planta cuadrada, formada por una cuadrícula de doce por doce cuadras, dividida en cuatro barrios orientados de acuerdo a los cuatro puntos cardinales, e igual que el templo, que tenía doce columnas, la ciudad tenía doce puertas de entrada.

La ciudad se implanta en el territorio de acuerdo a la escuadra pitagórica 5-12-13 y sigue lo estipulado, en el tratado sobre arquitectura redactado por Marco Agrippa, en cuanto a la ordenación de sus calles, espacios públicos y edificios. Cada uno de ellos se rige de acuerdo a la misma escuadra pitagórica en sus proporciones. La ciudad cumple las reglas de los Collegia Fabrorum del siglo I a.C.

La ciudad contaba con un gran mercado, que debía facilitar el acceso de los proveedores y comerciantes, así como, el intercambio comercial. A la vez, debería estar muy bien comunicada con el territorio que iba a gestionar, con una buena red de caminos secundarios y en una posición central en el conjunto.

El Foro de Lucus Augusti estaba dividido en dos espacios, a Norte y Sur del decumanus máximo y delimitados por los edificios de la Curia y la Basílica, que se encontraban en su centro. Al Sur, el espacio sagrado principal de la ciudad, donde se alcanzaba el punto de mayor altitud y donde se encontraba el templo de la tríada capitolina o Capitolio y al Norte, el espacio cívico público, donde se producía la vida política y las asambleas de la urbe. El Foro, en sus fachadas exteriores tenia pequeños habitáculos o tiendas (tabernae), habilitando una actividad comercial permanente. Las entradas al Foro se producían a través del decumanus máximo que accedía a los frentes de la Curia y la Basílica y, a través de éstas, a la zona sagrada donde se encontraba el Ara del Sacramentum de Augusto, delante del Capitolio.