Al sur de la capital visigoda, Toledo, encontramos numerosos vestigios de complejos monacales altomedievales entre los que destacan Melque, Guarrazar San Pedro de la Mata y Los Hitos. Este último conjunto formado por Los Hitos-Mata, apenas separados entre sí unos 3 km, se localiza en el piedemonte de la sierra de los Yébenes, junto a la vía que desde Toledo se dirigía a Córdoba, dos de las ciudades más importantes de la península en el siglo VII.
Las últimas hipótesis señalan que este conjunto, denominado de Arisgotas, al que nos referimos, estaría compuesto por un posible palatium o residencia autocrática reconvertida para la función funeraria (Los Hitos), y un monasterio del que sólo se conservaría la iglesia (San Pedro de la Mata).
El propio nombre del enclave Los Hitos obedece a los continuos hallazgos de restos de escultura y sillares que los labriegos de la localidad extraían con sus arados. Los vecinos trasladaban las piezas al pueblo para ornamentar las casas, donde todavía hoy se pueden contemplar.
Actualmente encontramos un inmueble construido en mampostería y sillarejo con estribos o contrafuertes externos. El edificio está dividido en tres ámbitos, con el central de mayor amplitud que los laterales. En éste se encontró, bajo el pavimento de opus signinum, un sarcófago de mármol rodeado de sepulturas cubiertas con lajas de piedra. Como elemento de depósito funerario sólo se documentó una jarra cerámica en una de las sepulturas a modo de ofrenda. En uno de los recintos se halló además una inscripción métrica que ha sido interpretada en clave monástica y en cuyos últimos versos se alude a la erección de una iglesia por parte de un desconocido personaje. Por sus características epigráicas, la inscripción se puede fechar con probabilidad en la segunda mitad del siglo VII.
La defensa de la función eclesial del edificio se sustenta en cuatro argumentos: inscripción métrica (encontrada fragmentada y como material de relleno, no in situ), elementos decorativos, orientación del edificio y necrópolis. Pero la extraña planimetría del edificio, poco adecuada para la liturgia, la distribución de las sepulturas, que impide prácticamente la circulación en el interior del aula central, así como la total ausencia de mobiliario litúrgico, han suscitado una comprensible reserva acerca de la funcionalidad eclesial de este conjunto.
La singular planta tripartita que presenta el inmueble que podemos entender como un modelo evolucionado a partir de las aulas trícoras tardorromanas y de las que conocemos ejemplos en torno a Toledo. Nos referimos a conjuntos monumentales relacionados con grupos privilegiados. Se trata de una serie de construcciones ligadas a grupos de prestigio como los excavados en Recópolis y Falperra, los complejos episcopales de Barcino y Minateda, la villa áulica de Plá de Nadal o el llamado edificio A de Morerías, en Mérida.
Las últimas investigaciones señalan que quizá Los Hitos sirviera como palacio o pabellón de prestigio de algún miembro de la alta nobleza toledana dentro de un conjunto más amplio que, al estilo de lo que vemos en Naranco o lo que debió ser Lena, contara también con un centro religioso de importancia. Esto explicaría la presencia de la inscripción métrica y la adscripción a este yacimiento de un ara pagana custodiada en la iglesia parroquial de Arisgotas como pila benditera que, por la presencia de loculus, permite intuir su reaprovechamiento como tenante de altar cristiano.
El estudio de la planta del edificio de Los Hitos muestra que nos encontramos ante un tipo de construcciones aparentemente nuevo en su aspecto externo pero que, en el fondo, es el resultado de la evolución de las grandes aulas de recepción bajoimperiales. De acuerdo con este planteamiento, de los grandes complejos estudiados en lugares como Carranque o Las Tamujas, sólo sobrevivirá la gran dependencia destinada al protocolo que constituía el corazón simbólico de estas construcciones. |