LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

ERMITA DE SAN BAUDELIO DE BERLANGA

La ermita de San Baudelio es una ermita mozárabe que se encuentra en el pueblo de Casillas de Berlanga en la provincia de Soria. Es un monumento de gran interés tanto por su arquitectura como por sus pinturas románicas, de una singularidad excepcional; además de que es uno de los escasos cenobios que en un momento tan temprano existían en la zona. Casi un milenio después de su construcción y pese a que parte de sus interesantísimas pinturas murales fueron vendidas a un marchante en 1922, y arrancadas de los muros tres años después, se la sigue conociendo hoy día como la «Capilla Sixtina del arte mozárabe». La ermita fue construida a finales del siglo XI posiblemente por mozárabes. El arabismo es evidente en la linterna y en la tribuna. Su situación en tierra de nadie fronteriza entre cristianos y musulmanes puede justificar la mezcla de influencias. Las pinturas del interior, seguramente del siglo XII, tienen aún más difícil clasificación.

En el exterior del ábside se encuentra una necrópolis rupestre con más de una veintena de tumbas antropomorfas toscamente talladas, orientadas de este a oeste que estuvieron cubiertas por lajas. Su excavación inicial puede datarse alrededor del siglo X, si bien pudieron ser utilizadas sucesivamente, tal vez, hasta el siglo XVI.

La ermita está formada por dos cuerpos rectangulares, el más pequeño correspondiente al ábside y el mayor a la única nave principal de la iglesia. Los muros, realizados en mampostería apoyada sobre sillares, tienen aproximadamente un metro de ancho y son de una gran simplicidad, siendo las dimensiones de estos, constantes en todo el edificio. Se accede a la ermita por una pequeña puerta con arco de herradura y por una pequeña puerta que da acceso directo al coro de la tribuna.

La bóveda está formada por ocho arcos de herradura, apoyados sobre ménsulas en las paredes de la nave central, cuatro en los ángulos y cuatro en los muros, partiendo de una pilastra central muy robusta en piedra, como hojas de una palmera. Sobre esta pilastra central se abre una pequeña e inaccesible cámara que hace las veces de linterna y está cubierta por una cupulilla de seis nervios cruzados.

La techumbre es de teja, pero hasta 1894 fue de piedra sillar. La nave principal se conecta por medio de cinco escalones bajo un arco de herradura con el ábside cuadrado sin moldura, de testero recto y que está cubierta por bóveda de cañón. En este ábside se abre una pequeña ventana de herradura por donde entra la luz que ilumina el altar mayor de piedra. Sólo hay otra ventanita abierta en la pared opuesta. En el ábside hay un pequeño altar de piedra y está decorado con pinturas de San Baudelio, San Nicolás a ambos lados de la ventana y el Espíritu Santo, invertido, en el centro.

A los pies del templo, en el extremo de la nave principal, una tribuna abre sus arcos de herradura apoyados en sencillas columnas formando un coro semejante a una pequeña mezquita de cinco angostas naves. Al coro situado en la parte superior de la tribuna se accede por una escalera adosada al muro contrario al de la puerta de entrada formada por peldaños incrustados en la pared. La columnata de arcos de herradura cobija el acceso a la cueva eremítica excavada en la roca que posiblemente dio origen a la congregación monástica.

La decoración tiene un carácter excepcional, no habiéndose utilizado en la misma en absoluto la madera, y basándose por lo tanto íntegramente en la decoración pictórica hecha al temple sobre un enlucido de yeso que reviste completamente el interior, quedando cubiertos todas las paredes de la ermita, tanto las verticales como las abovedadas, las columnas y las nervaduras. Las pinturas se encuentran entre las muestras más antiguas de pintura románica en el país, y sorprenden por su excelente factura y porque combinan la temática religiosa y la profana, con inspiración seguramente en cerámicas y marfiles de la época califal cordobesa.