En el cruce entre el Guadina y Guadalupejo existe un importante recinto arqueológico sin estudiar en el que se encuentran restos de las distintas culturas que habitaban Valdecaballeros. Estos restos, integran desde una ciudadela amurallada, en los que se aprecian restos metálicos de bronce, piedras elaboradas y un magnífico ejemplo prerrománico, hasta este dolmen neolítico, o posiblemente céltico o lusitano, similar a los aparecidos en Irlanda, que se rodea de enormes acebuches, árboles mágicos para los Celtas.

El monumento de carácter funerario, está compuesto de un pasillo de acceso de piedras verticales alineadas que dan paso una cámara cerrada de forma circular. El exterior de la cámara estaría recubierto de tierra para camuflarla. Su construcción debió realizarse entre el IV y el II milenio a.C.

La cámara de tendencia circular tiene aproximadamente 4 m de diámetro. El corredor de 14 m de longitud y 1,20 m de anchura máxima. La entrada al túmulo se dispuso hacia el Este.