LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

DOLMEN DE SOTO

El Dolmen de Soto (3.000 – 2.500 años a.C.) es el monumento prehistórico más importante de la provincia de Huelva. Se encuentra enclavado en el cabecillo del "Zancarrón", en la finca "La Lobita" que pertenece al término municipal de Trigueros. El mausoleo está construido, como la mayoría de los monumentos similares, en el interior de un túmulo bastante suave, de forma casi circular, que se destaca perfectamente del llano que lo rodea. Este cerrillo, completamente artificial, es una acumulación considerable de tierra blancuzca, con la que están entremezclados pequeños fragmentos de piedra que fue traída desde lejos, pues no se encuentra en toda la finca. Solamente en la base aparece tierra rojiza, típica del subsuelo normal.

No se puede poner en duda que el Dolmen de Soto y el anejo a él pertenecen al pleno Eneolítico. Está comprobado esto por su gigantesca y complicada arquitectura que marca una habilidad constructora característica de la época mencionada. El Eneolítico es el período de transición entre el Neolítico y la plena Edad del Bronce. La misma fecha cronológica se deduce del ajuar funerario depositado junto a los cadáveres como ofrendas necesarias para la vida de ultratumba. Un número considerable y variado de representaciones gráficas en las paredes parece explicar la ausencia de pequeños ídolos sueltos de que aquellos pobladores dotaban a sus difuntos.

El Dolmen de Soto forma parte del conjunto de más de doscientos monumentos megalíticos de la provincia de Huelva, que se desarrollaron en el occidente europeo entre el Neolítico y la Edad del Bronce. Fue descubierto por don Armando de Soto en 1.923, iniciándose en ese mismo año las excavaciones.

Los monumentos megalíticos son construcciones funerarias para enterramientos generalmente colectivos de inhumación, entre los que uno de los más comunes es el dolmen (construcción en forma de enorme mesa en la que una losa horizontal está sostenida por dos verticales (ortostatos). El de Soto es un dolmen perteneciente a la familia de los dólmenes de "corredor largo" (conjunto de dólmenes yuxtapuestos), siendo el más grande de los encontrados en esta provincia y uno de los mayores de la península. Está formado por una cámara y un corredor en V que se ensancha hacia el interior, variando su anchura desde los 0,82 m en la puerta hasta los 3,10 m en la cámara. Está orientado de Levante a Poniente, de tal manera que los primeros rayos de sol en el equinocio, avanzan por el corredor y se proyectan en la cámara durante unos minutos, en un rito donde quizás los difuntos renacían de la vida de ultratumba, bañados por la luz solar.

Es un sepulcro ciclópeo, perteneciente a los "Grandes dólmenes de galería de cámara ínica", de 20,90 m de longitud, con 64 monolitos verticales calzados, 63 ortostatos en progresión creciente forman ambas paredes y uno sólo, de 3,41 m de altura por 3,10 m de ancho, con un grosor de 0,72 m y un peso de 21,3 Tm, ocupa la pared del fondo sobre los que reposan losas de granito de 4,20 m de longitud de 13 Tm de peso, levantadas a 1,70 m del suelo a base de planos inclinados de tierra prensada, brazos, rodillos y palancas. Estos grandes ortostatos son de granito en su mayoría, junto con otros de arenisca y pizarra, traídos probablemente de una zona cercana a Tejada (Paterna del Campo), desde unos 40 kilómetros de distancia. Los ortostatos presentan numerosos grabados y algún resto de pintura, correspondiéndose con los restos humanos y de útiles allí encontrados. Éstos, por el contrario, son escasos y el hecho de que en otro dolmen cercano los hallazgos fueran cuantiosos, hace pensar que el monumento funerario fue poco utilizado, quedando pronto en desuso y relleno de tierra.

Pese a sus grandes dimensiones solamente recibieron sepultura en él ocho cadáveres y en siete sitios diferentes. Todos ellos aparecieron sentados, en cuclillas, arrimados a la pared, en cuyo ortostato se realizó algún grabado representando la efigie del difunto, su signo protector totémico o alguna de sus armas. Junto a los cadáveres apareció un ajuar funerario compuesto de útiles líticos como hachas, cuchillos, etc.; material cerámico (a veces con decoración incisa) como vasos, cuencos, platos, etc.; un brazalete cónico de hueso; algunos fósiles marinos; etc. En la excavación también se halló una "mesa", ahora inexistente, en el centro de la cámara, justo delante de la cabecera, muy baja y rectangular. Sobre ella no se encontró nada y es de suponer que tendría una función ritual.

La conformación de la entrada y de la cámara es lo que más variaciones han sufrido, encontrándose en 1.923 los ortostatos del acceso desperdigados y faltando 2 ó 3 grandes losas que techaban la cámara.