En la comarca granadina de Los Montes Occidentales, a tan solo 4 kilómetros de Montefrío y en dirección Íllora, encontramos Las Peñas de los Gitanos, la mayor y más importante necrópolis megalítica de la zona.
Nuestros ancestros eligieron para asentarse este privilegiado y mágico enclave. Un lugar al abrigo de los vientos dominantes, gracias a la protección de unas paredes verticales. Aquí encontraron pastos para el ganado, buenas tierras para cultivar y todo lo necesario para su subsistencia.
El paraje de Las Peñas de los Gitanos es una gran formación kárstica, compuesta por diversas cuevas y pasillos, en uno de los cuales se sitúa el poblado de Los Castillejos, fundado hace más de 5000 años. En sus inicios aquí se desarrolló un tipo de asentamiento estable, que no rompió totalmente con el trogloditismo. La ganadería y la agricultura fueron las actividades dominantes.
Este enclave ha permanecido casi inalterable, desde su abandono como asentamiento humano hasta el siglo XX, gracias a que su abrupto terreno es poco atractivo para la agricultura.
Hoy parte de este lugar, es un espacio arqueológico visitable, donde podemos ver una buena cantidad de dólmenes donde se enterraban sus seres queridos, en posición fetal, con algunos de sus bienes.
El yacimiento arqueológico se dio a conocer en 1868, gracias a Manuel de Góngora Martínez, que documentó toda una serie de restos y yacimientos Prehistóricos. En este espacio se localizan varias cuevas con material del neolítico, una necrópolis megalítica con más de 100 construcciones dolménicas, y diferentes evidencias de época romana y medieval, donde se han encontrado cerámicas, manufacturas de sílex, semillas de cereal, monedas, ornamentos óseos de cuentas, colgantes, alfileres, brazaletes y un peine.
Las Peñas de los Gitanos tuvo una amplia secuencia de ocupación, desde el Neolítico Antiguo, 5300 años a.C., hasta el primer tercio del siglo X.
En lo que se refiere a la necrópolis prehistórica de Las Peñas de los Gitanos, podemos contar que los sepulcros están concentrados en cuatro agrupaciones principales. En el Rodeo, la más oriental, se sitúan las tumbas más grandes. En La Camarilla, se concentran la mayor parte de las tumbas y resulta la más accesible. Los Guirretes, es la más cercana al poblado, prácticamente desaparecida. El Castellón u Hoyón de la Virgen, es la zona más desconocida y alejada del asentamiento, en los límites de la zona cultivada.
Los sepulcros no sobrepasan los ocho metros de longitud, son todos de pequeña o mediana dimensión, comparados con otros de la Península Ibérica
Los dólmenes constan de una cámara trapezoidal precedida de un corredor corto, que asciende ligeramente desde la fosa hacia la superficie. Están separados entre sí por una puerta realizada mediante la perforación de un gran bloque de piedra, o de dos bloques que actúan a modo de jambas. En algunos se han encontrado petroglifos y pequeños salientes tallados en las losas, representando ciervos.
Los dólmenes se construyen rebajando el suelo para encajar los bloques de piedra, hincados verticalmente, y cubiertos después con un túmulo delimitado, en algunos casos, por un anillo de piedras.
En la mayoría de las construcciones de esta necrópolis, las losas fueron extraídas al cortar el banco de roca para crear una gran fosa, que formaría la base del monumento. En otros casos las losas eran extraídas de una cantera cercana, y movidas ayudándose de rodillos y rampas.
La estabilidad estructural de estos monumentos, a veces, se veía comprometida, por lo que se reforzaban con otras piedras a modo de tirantes, que soportaban las fuerzas laterales. |