La Pedra da Lebre ha llegado hasta nuestros días en un estado muy arruinado. Faltan varios ortostatos y otros han sido movidos de su sitio. Sin embargo, se distinguen cinco ostostatos verticales y las losas que cubrían la cámara poligonal, actualmente desplazadas. Este dolmen, como muchos otros, se encuentra en el límite entre dos fincas, y era común que las mámoas y otras piedras megalíticas se usaran para marcar el territorio porque eran visibles desde la distancia.

Cronológicamente datado en el 4000-3000 a.C., es una construcción de grandes proporciones formada por cinco apoyos, cada uno de ellos de un grosor de más de 70 centímetros. La losa que la cubre se encuentra fuera de su sitio, y los restos del corredor aún se pueden apreciar tirados en el suelo. Tipológicamente pertenece al grupo de los dólmenes de cámara poligonal y corredor corto.