Al norte del casco urbano de Los Molares se encuentra una importante necrópolis de época prehistórica, que con más de 5.500 años de antigüedad, supera ampliamente a otros conjuntos megalíticos de la provincia. La necrópolis se compone de una serie de enterramientos diseminados a ambos lados del camino, dos de ellos fueron excavados, los denominados El Palomar y la Cañada Real. Este último está situado a la derecha del camino y a escasos metros del núcleo urbano. Se trata de una necrópolis megalítica de la que se sabe por testimonios orales que debieron existir al menos seis enterramientos colectivos.
El dolmen de Cañada Real (Cañada Real I) fue descubierto en 1968, mientras se realizaban los cimientos para construir unas casas. Actualmente se encuentra soterrado bajo unos árboles, si bien está prevista su recuperación y puesta en valor.
En el verano de 1980, tras unas tareas de remoción de tierras en la finca El Palomar, a tan sólo 100 metros al NW del dolmen de Cañada Real, apareció el dolmen de El Palomar. Este monumento se encuentra en peor estado que el anterior, habiendo perdido toda su cubierta y parte de los ortostatos laterales. Sin embargo, también está prevista su señalización, coincidiendo con los recientes trabajos arqueológicos emprendidos en la zona y, tal vez, su restauración y puesta en valor.
Ambos dólmenes excavados son del tipo denominado “de galería”. Tienen planta en L, un modelo muy poco frecuente, también conocido como "de corredor acodado". Ambos se orientan al este.
El dolmen de El Palomar conserva parte de los ortostatos laterales y algunas losas de la cubierta, orientado al este y cubierto por túmulo. El ritual es de inhumación colectiva existiendo dos niveles en el monumento, ambos con esqueletos humanos. El material cerámico es de fragmentos de vasos sin decoración; entre el material lítico destacan una azuela de fibrolita, un fragmento de lámina de sílex y dos cuentas cilíndricas de serpentina de color gris blanquecino, etc. |