El dolmen del Matón es un monumento megalítico que sitúa dentro del contexto del yacimiento arqueológico de Pradocastaño, en la Dehesa Municipal de Hernán-Pérez. Este conjunto compuesto por varios dólmenes también ha sido denominado como Necrópolis de Hernán-Pérez.
Para los habitantes de Hernán-Pérez, este dolmen, junto con los 6 ídolos y la estela de guerrero encontrados en trabajos de reforestación durante los años 60, conforma uno de sus más preciados valores patrimoniales.
El dolmen del Matón se compone de tres partes diferenciadas. Corredor, cámara y nicho frontal. El corredor se identifica con un pequeño pasillo que conduce a su interior, a la denominada como cámara. Estaba construido con lajas de pizarra, de poca altura, hincadas en el suelo y acuñadas con piedras más pequeñas. Tenía unas medidas de unos 2,75 m de largo por 1,20 m de ancho que se estrechaban en la salida. La cámara, que habría contado con una falsa bóveda por aproximación de hiladas de tipo ligeramente ovalado que se unían entre sí con barro y pequeños rollos y cuyas paredes habrían contado con un revestimiento de pizarras. Las medidas de la cámara serían 7,85 de largo por 9,50 metros de ancho.
El nicho frontal de la cámara estaba construido de la misma forma que el corredor y la cámara en su revestimiento y contaba con una decena de lajas de más de un metro de altura entre las que se había encajado una placa de pizarra cubriendo el suelo del nicho y sobre las que descansaba una gran laja de pizarra lisa que apareció rota en tres fragmentos y que lamentablemente desapareció del yacimiento. Las medidas del nicho eran de 2,15 m de largo por 0,90 m de ancho que se estrechaban en la cabecera.
Estaba totalmente rodeado de un túmulo compuesto por hiladas de rollos de piedra cuyos huecos se rellenaban de tierra. La alineación de esta gran cantidad de piedra componía un túmulo que acorazaba por completo el interior de la tumba y generaba una falsa bóveda en su interior.
El dolmen fue intervenido por arqueólogos en 1979 tras un proceso largo de saqueo y desgaste del que daba buena cuenta su estado. Según su datación, parece corresponder con el periodo denominado como Bronce I para el que se maneja una cronología aproximada de 3.000 a.C.
Entre los materiales que surgieron a raíz de la excavación arqueológica, aparecieron escasos restos. Aun así se recuperaron algunos fragmentos de cuarcita, útiles líticos de pizarra y un hacha de piedra pulimentada, además de algunos restos de cerámica de diversa factura. |