LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

DOLMEN DE LA LOSA DE LA MORA

Entre las abandonadas aldeas de Otín, Nasarre y Rodellar, camino del barranco de Mascún, se llega al Dolmen de Losa Mora. Se trata de un sepulcro prehistórico construido por los primeros pastores neolíticos de Guara hace unos 4.000 años. Éste megalito de la sierra de Guara forma parte de un importante conjunto que geográficamente se extiende por los Pirineos y las Sierras Exteriores. Referentes de una nueva cultura funeraria que se extendió por toda Europa, los dólmenes representan una actitud espiritual ante la muerte diferente a todo lo conocido hasta entonces.

Martín Almagro lo excavó en 1.935 y encontró huesos de varios individuos junto a hachas de piedra, puntas de flecha, cuchillos de sílex, etc. De ello se deduce que en la cámara interior, los constructores de este dolmen y sus descendientes depositaron a sus muertos con sus ajuares, en enterramientos colectivos. Tras los enterramientos el dolmen se cubría totalmente a excepción de una pequeña abertura, formando un gran túmulo de piedras (de 12 m. de diámetro) del que todavía quedan restos al pie del dolmen. El túmulo lo forman piedras calizas de tamaño medio, de 20 a 30 cm. y se halla muy erosionado. No cubre en la actualidad toda la cámara y levanta como máximo 80 cm.

La cámara cuyas medidas interiores son 1,80 x 1,90 x 1,20 m., está situada en el centro del túmulo. Es de planta rectangular ligeramente trapezoidal, abierta al Este, y se compone de losa de cubierta que la cubre prácticamente en su totalidad (2,80 x 2,64 x 0,38 m,) tres losas laterales una a cada lado (de 1,90 x 1,30 x 0,30 m.; 1,42 x 1,08 x 0,30m y 2,06 x 1,38 x 0,20 m) y una pequeña en el lado de acceso a modo de cierre (98 x 72 x 0,14 m.). Todas las losas son de caliza.

Estas ingentes obras se levantaron con primitivas herramientas, gran esfuerzo e ingenio suficiente para trasladar las inmensas losas desde el tozal de Llastras, a unos 500 metros hasta aquí, a través de un relieve muy accidentado.