LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA

DOLMEN DE GUADALPERAL

El dolmen de Guadalperal, también conocido como "el tesoro de Guadalperal" y como el "Stonehenge español" por su parecido al crómlech de Stonehenge, es un monumento megalítico que data de entre el III y el II milenio a.C. que está situado en la localidad cacereña de El Gordo, aunque el municipio más cercano es Peraleda de la Mata. Se encuentra bajo las aguas del embalse de Valdecañas en el río Tajo y solamente es visible cuando el nivel de las aguas lo permite.

Consta de 150 (otras fuentes señalan 140) piedras de granito, ortostatos, puestas en disposición vertical que conforman una cámara ovoide de cinco metros de diámetro que estuvo formada por 13 fragmentos de pared, de los que faltan cuatro. precedida por un pasillo de acceso de unos 21 metros de largo y 1,3 a 1,4 metros de ancho. Al final del pasillo, justo a la entrada de la cámara, se encuentra un menhir de unos dos metros de alto que tiene esculpidas una serpiente y varias cazoletas, se estima que dichas figuras servirían como protección del lugar. Recientes estudios indican que la supuesta serpiente podría tratarse de una representación del curso del rio Tajo, ya que presenta muchas similitudes en un estudio sobre plano de sus meandros. La cámara, del tipo anta, tipo de construcción común en el oeste de la península Ibérica, está formada por 140 piedras y estuvo recubierta por un túmulo de tierra y grava. La rodea otro anillo circular que servía para contener el túmulo superior, posiblemente por la inclinación del terreno en el que está asentado.

El monumento se halló en 1.926. Se estima que pudo haber sido un templo solar, así como un enclave de enterramientos. Los restos romanos encontrados en el lugar, una moneda, fragmentos de cerámica y una piedra de moler indican que en esa época fue removido seguramente para su saqueo. En una escombrera cercana se hallaron 11 hachas, cerámicas, cuchillos de pedernal y un punzón de cobre. También se encontró un asentamiento de la época de la construcción que se estima pudiera ser de los constructores del sepulcro. En él había hogares, manchas de carbón y cenizas, mucha cerámica, molinos y piedras para afilar hachas entre otros objetos.

En 1.963 con la construcción de la presa de Valdecañas en el río Tajo, su embalse inundó el monumento quedando oculto bajo las aguas, solo es visible cuando estas están bajas. En la última década, en verano, debido a la sequía ha sido posible ver el Dolmen en varias ocasiones parcialmente.

El hecho de estar sumergido la mayor parte del tiempo ha deteriorado el monumento erosionando las piedras y perjudicando los grabados de las mismas.