El dolmen de Arreganyats o de la Llosa es un monumento megalítico fechado hacia el 3450 a.C., situado en el término municipal de Espolla, en el Alt Empordà, y que forma parte de los dólmenes de Espolla. Está situado a unos 3,5 km del centro urbano, en un bosque de alcornoques conocido como el paraje de la Verna y es fácilmente identificable desde lejos.

Se trata de un sepulcro de corredor de cámara trapezoidal corta, hecha de ortostatos de granito y pasillo estrecho hecho de muros de pared seca con dos ortostatos también de granito. El túmulo es circular, formado con un relleno de pedregal y tierra. La entrada está orientada al sureste y presenta una suave pendiente de noroeste a sureste. La cabecera es una sola losa, interna por los dos lados, bien implantada y un poco inclinada adelante. La cubierta, actualmente reubicada en su lugar original, es trapezoidal, con sección rectangular y presenta señales de desbaste en la cara interna y los cantos repicados. El acceso a la cámara es un corredor hecho con muros de piedra seca de pizarra y granito que tiene una longitud total de 2,55 metros por una anchura de unos 80 o 90 centímetros y una altura máxima conservada de 70 centímetros (se cree que originalmente la altura máxima sería de 1 metro). Las dimensiones internas de la cámara son de 2,55 metros de longitud, 1,6 de ancho y 1,5 de altura.

La forma de la cámara y su corredor corto, lo sitúan en la fase más antigua del megalitos de la zona. Con ello, y por una muestra de carbones datados por C-14, se puede situar cronológicamente en la primera fase de los sepulcros corredor del Alt Empordà y Rosselló, es decir, de la primera mitad del IV milenio a.C. De todos modos, se propone que el momento de construcción de este dolmen esté entre el 3500 y el 2500 a.C. (Neolítico medio - Final). El monumento está restaurado y presenta un buen estado de conservación.

Es un sepulcro megalítico de inhumación y en su interior se han encontrado fragmentos de cerámica y de cobre o bronce y una punta de flecha de sílex lanceolada de color marrón. Sus materiales arqueológicos no nos dicen mucho sobre sus posibles constructores, pero hay indicios de enterramientos del Neolítico Final, y de varias reutilizaciones durante el periodo del Bronce antiguo.